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Inaugurada una exposición sobre Blas de Lezo, un héroe español empujado al olvido

María Elena Fernández, explicando los paneles

Hasta el día 25 de noviembre se podrá visitar en el Casino Militar una exposición acerca de uno de los mayores héroes militares de la historia de España, el almirante Blas de Lezo, quien defendió Cartagena de Indias del ataque de una escuadra británica muy superior en número. Ayer se inauguró oficialmente una exposición itinerante que, partiendo desde Melilla, recorrerá toda la geografía nacional. Dicha exposición versa sobre uno de los más grandes héroes españoles que, como muchos otros, fue relegado al olvido, y que, en los últimos años, ha sido “rescatado” por historiadores y revisionistas: el “medio hombre”, Almirante Blas de Lezo.
La exposición, que se ubica en el Casino Militar, estará abierta al público hasta el próximo día 25, y se compone de una serie de paneles fotográficos que repasan la historia del militar que “regaló” a Gran Bretaña la mayor derrota de su historia naval.
El acto de inauguración, al que asistieron autoridades militares y académicas, además de un nutrido grupo de personal militar, dio comienzo con la lectura de la carta que, hace dos años, ganó el premio regional del certamen “carta a un soldado español”, escrita por una joven melillense, y que abordaba la heroica figura del almirante, cojo, manco y tuerto por la gloria de España.
A continuación, María Elena Fernández Díaz, doctora en Historia y miembro de la reserva voluntaria, hizo una breve exposición de la vida del almirante, aportando auténticas perlas de conocimiento al comentar los últimos hallazgos historiográficos en torno a tan mítica figura. Fernández quiso poner en valor no sólo la dimensión de la gesta de Blas de Lezo, sino también dar fe de su fulgurante carrera militar.

Nacido para la Armada
La historiadora lamentó el ostracismo al que se ha relegado a Blas de Lezo durante buena parte de nuestra historia y, antes de comenzar a exponer la biografía del almirante, hizo una interesante reflexión: “el inglés que reniega de la derrota, el español que olvida la victoria”.
Blas de Lezo es mundialmente conocido por dirigir la defensa de Cartagena de Indias (ciudad fundada por los españoles en 1533, en la actual Colombia) ante el asedio de los ingleses en 1741, pero su historia y su relación con la Armada va mucho más allá de la que fue su gran gesta vital.
Blas de Lezo nació en el País Vasco y se formó como marino desde temprana edad en Francia; con apenas 12 años ya estaba embarcado en un buque de guerra y, durante su primer combate, frente a Vélez Málaga en 1704 (cuando tan sólo contaba con 15 años), perdió una pierna tras ser alcanzado por una bala de cañón. Por su arrojo y valentía fue nombrado alférez de navío y rechazó alejarse del mar, pese a que le ofrecieron un puesto como asesor en palacio. En 1707 ya era teniente, y en 1712 capitán de navío. En 1714 participó en la toma de Barcelona, y quedó manco tras ser alcanzado por una bala de mosquete; fue a partir de entonces cuando comenzaron a llamarle “medio hombre” y comenzó a forjarse su leyenda. Antes de 1720 ya estaba en las Indias escoltando naves españolas.
En 1732 ya era general, y participó en la reconquista de Orán, alcanzando en 1734 el empleo de teniente general de la Armada.

Cartagena de Indias
Pese a que Blas de Lezo participó en todos los conflictos de la época, no pasó a la historia hasta el ataque a Cartagena de Indias.
Los británicos ambicionaban el poderío imperial español y, para acabar con nuestra hegemonía, debían dominar el Caribe. Es por ello que en 1739 declararon la guerra y, ya en 1741, una enorme flota británica se desplegó ante la ciudad de Cartagena de Indias, que era una de las principales llaves de entrada al tráfico de mercancías entre el viejo y el nuevo mundo.
Los ingleses habían tomado otras plazas con mucha facilidad, y avanzaron envalentonados hacia Cartagena de Indias, con 186 buques, mientras que en la ciudad solo había 12 buques y 600 hombres.
Tras días de infructuoso bombardeo, los casacas rojas intentaron un asalto por tierra, pero la defensa no cedió y la malaria diezmó a los ingleses. Las bajas británicas se contaban por miles, las de los españoles por decenas; la derrota fue tal que los españoles hasta salieron del castillo de San Felipe persiguiendo a los ingleses, empujándolos de nuevo a sus barcos. España contabilizó 359 muertos y 1.200 heridos; Inglaterra 9.500 muertos y 7.500 heridos, además de 50 barcos hundidos. Blas de Lezo, que moriría de peste un año después, dijo “esta gran escuadra ha quedado para transportar carbón de Irlanda a Londres». Hasta 20 años después de su muerte no se hizo reconocimiento alguno de su figura.

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Fernando Lamas Moreno

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