Las imágenes que dejó ayer el centro de nuestra ciudad y el Parque Comercial, con tal aglomeración de personas, hacía tiempo que no se veían en Melilla. Todo ello ocurrió con la celebración del Black Friday (viernes negro), una costumbre genuinamente americana en la que se realizan grandes descuentos durante esta jornada y que ha llegado con fuerza a España en su conjunto. Visto lo visto ayer, Melilla no se queda atrás y las aglomeraciones fueron absolutas, con cientos de personas buscando gangas para hacerse con las ofertes de los grandes comercios. Gran parte de estos compradores eran marroquíes llegados de distintos puntos de Nador.
El Black Friday, en cambio, no tiene el mismo impacto en el pequeño comercio, que no puede competir con las grandes cadenas ya instaladas en nuestra ciudad y por tanto les es imposible hacer los descuentos que ofrecen las primeras. No obstante, ayudan medidas como las que lleva cada año la sociedad pública Promesa coincidiendo con el Black Friday, como es la iniciativa ‘Melilla Mobile Zone’ con descuentos de hasta el 60% en tiendas locales, en los más de 200 comercios que se han adherido a esta campaña.
Aún así, hemos importado este concepto estadounidense de forma natural y en cuestión de muy poco tiempo. Aunque el acontecimiento ofrece buenas oportunidades para los consumidores, sobre todo de cara a los regalos navideños, también tiene su contraparte, ya que el solo hecho de ver la palabra “rebaja” hace que nos lancemos a comprar indiscriminadamente, sin cabeza y apostando por artículos que no necesitamos.
