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BALONCESTO - LEB ORO

El decano decanta el partido tras un gran segundo cuarto

Caleb Agada, en un lance del encuentro de ayer
(Autor: Guerrero)

Los melillenses encadenaron ayer su segunda victoria consecutiva, tras imponerse al cuadro vallisoletano por 79-72, en un duelo que tuvo dos partes bien diferenciadas, una primera hasta el intermedio en el que los de Alejandro Alcoba habían dejado el partido finiquitado con una ventaja de 25 puntos, y una segunda en la que los pucelanos no arrojaron la toalla y llegaron a poner en serios apuros a los locales, aunque bien es cierto que el triunfo nunca peligró. El Melilla Baloncesto encadenó ayer su segunda victoria consecutiva, tras imponerse al Carramimbre CBC Valladolid por 79-72, en un duelo que tuvo dos partes bien diferenciadas, una primera hasta el intermedio en el que los de Alejandro Alcoba habían dejado el partido finiquitado con una ventaja de 25 puntos, y una segunda en la que los vallisoletanos no arrojaron la toalla y llegaron a poner en serios apuros a los locales, aunque bien es cierto que el triunfo nunca peligró.
Los melillenses se mostraron muy superiores desde el comienzo del encuentro, firmando un 4-0 de salida. Los pucelanos aguantaron el tipo como pudieron y se mantuvieron a flote durante el primer cuarto, aunque el dominio y la iniciativa siempre correspondió a los de Alejandro Alcoba, que dispuso de una máxima de siete puntos (18-11), justo a la conclusión de estos primeros diez minuto.
Juan Rubio y Txemi Urtasun fueron los referentes de los locales en ataque, con cinco puntos cada uno.
En el segundo asalto solo existieron los azulones -aún vistiendo la elástica violeta con motivo del Día Internacional Contra la Violencia de Género-, que fueron un auténtico rodillo, con una gran intensidad defensiva y con unos buenos números en los tiros de campo. De este modo, el decano llegó a alcanzar la friolera de 31 puntos de ventaja (48-17), tras lograr un parcial de 30-6 en apenas siete minutos.
Los de Paco García intentaron reaccionar, aunque lo más que consiguieron fue maquillar un poco el resultado al tiempo de descanso, aunque aún así el electrónico siguió reflejando un contundente 51-26. Caleb Agada y Jonathan Gilling realizaron un excelente segundo acto.
Tras la vuelta por los vestuarios, y como era lógico y de esperar dada la calidad de la plantilla vallisoletana, el conjunto visitante mejoró su rendimiento y consiguió rebajar la desventaja justo a veinte puntos (66-46) al término de este periodo, aunque durante el mismo lo cierto es que el Melilla Baloncesto fue capaz de situarse de nuevo con una renta de 27 puntos (55-28) jugados los dos primeros minutos.
En el cuarto periodo, y pese a que todo parecía resuelto, el Carramimbre CBC Valladolid no dio su brazo a torces y obligó a Alejandro Alcoba a solicitar dos tiempos muertos para intentar que los pucelanos no se pudieran meter en la contienda. Lo cierto es que los visitantes llegaron a colocarse, tras una falta antideportiva señalizada a Gediminas Zyle, a 3’17”, a solo ocho puntos (73-65), ya que anotaron los dos correspondientes tiros libres y luego convirtieron un triple, por mediación de Greg Gantt.
Por fortuna, Jesse Chuku no falló desde la línea de personal y dio un respiro a los suyos, a 2’44”. Los visitantes continuaron buscando la remontada hasta el último segundo, aunque el Melilla Baloncesto mantuvo un colchón de seis puntos (78-72) que resultaron suficientes. Al final, Gilling, con un lanzamiento convertido desde la línea de personal, estableció el 79-72 definitivo.

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Carlos R.Busto

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