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Recuerdan al Teniente Coronel Barrera, fallecido en el socorro a Melilla en 1921

El Teniente Coronel Barrera Bau se encuentra enterrado en el cementerio de la Purísima Concepción de Melilla, en la parcela 11, fila 1, nº 7, a la sombra de un gran eucalipto

Ante la proximidad de la Patrona del Arma de Infantería, el Centro de Historia y Cultura Militar de Melilla quiere recordar la figura de un infante ejemplar, fallecido en el socorro a Melilla en 1921 y que reposa en el camposanto melillense.

Destacar los valores militares que siempre practicó, como la disciplina, el valor, el compañerismo, el espíritu de sacrificio, de servicio y entrega a España.

Tras los graves acontecimientos sucedidos en julio de 1921, con la caída de las diferentes posiciones de la zona oriental del protectorado, empiezan a llegar a Melilla las unidades de refuerzo que habían sido solicitadas para defenderla. Las primeras tropas en llegar al puerto de Melilla, fueron las del segundo Batallón del Regimiento 71 de “La Corona”, de guarnición en Almería, al mando del Teniente Coronel D. Eduardo Barrera Bau, llegando estas a las 8 de la mañana del 24 de julio, a bordo del barco “Isla de Menorca”.

Así se reflejaba en la prensa del momento este hecho: “Hoy a primera hora de la mañana llegó el Isla de Menorca, procedente de Almería, un Batallón del Regimiento de La Corona, que fue recibido con gran entusiasmo por el público que llenaba los muelles. El Teniente Coronel que manda las tropas arengó a los soldados dando vítores, que se repitieron entusiásticamente en todo el trayecto hasta el cuartel”
El Teniente Coronel Barrera, encontrándose enfermo el 23 de julio, no consintió entregar el mando y marchó con su unidad a socorrer Melilla, donde tras desembarcar el Batallón desfiló por las calles de la ciudad, dirigiéndose a ocupar las zonas asignadas por el mando; fuerte de Sidi-Guariach, Tejar del valenciano y fuerte de Rostrogordo.

La unidad entró en combate el 4 de agosto en la toma de Beni-Sicar, distinguiéndose el batallón en esta acción, ganándose la confianza del mando al comprobar lo que es capaz de realizar un soldado de reemplazo cuando es bien dirigido y adecuadamente alentado por su jefe.

A esta primera acción de combate, le seguirían 17 más, entre ellas Casabona, Nador, Tauima, Atlaten, Segangan, Zeluan, etc., en las que el Teniente Coronel se mantuvo al frente de su unidad impulsando de forma decidida y enalteciendo a sus soldados en cada una de las acciones en las que intervino, sorteando toda serie de vicisitudes del propio combate, a pesar de que su salud iba empeorando día a día.

Fue tras la acción de la toma de Zeluán, cuando sus fuerzas estaban al límite por el avance de su enfermedad, siendo tal su estado que el propio General Saro le impuso la determinante orden de entregar el mando del batallón, cosa que en nada le agradó, y que fuera evacuado al hospital Militar de Melilla, donde quedó ingresado el 24 de octubre. Los servicios médicos, poco pudieron hacer por el citado mando que tres días después de su ingreso fallecía a los 43 años de edad.

La total entrega al servicio de España, al frente de su unidad, en las 17 acciones de combate, en las que en cada una de ellas sorteó a la muerte por la acción del fuego del enemigo, en el que este buscaba siempre identificar a los jefes para eliminarlos y crear un gran perjuicio al quedar sin dirección la unidad, no le sirvieron para reconocerle sus méritos, por lo que su viuda y huérfanos recibirían la pensión correspondiente a fallecimiento por enfermedad.

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