Guelaya y la AMPA del colegio Reyes Católicos organizaron ayer a mediodía un paseo temático para descubrir los secretos que guardan la flora y fauna de uno de los espacios ecológicos más importantes de nuestra ciudad, el barranco del río Nano. Desde el punto de vista medioambiental, el principal valor de esta zona es la presencia de un árbol prácticamente inédito en España (salvo en Murcia). Guelaya, Ecologistas en Acción y la Asociación de Madres, Padres y Alumnos del colegio Reyes Católicos organizaron ayer a mediodía un paseo temático por el natural del barranco del Río Nano, para conocer algunos de los secretos y anécdotas que encierran la fauna y la flora de este rincón de Melilla que, según recuerdan desde Guelaya, está incluido en la red europea de espacios protegidos “Natura 2000”, una red ecológica europea de áreas de conservación de la biodiversidad cuya finalidad es la supervivencia a largo plazo de las especies y los tipos de hábitat en Europa.
Justo en esta época del año están en pleno apogeo las flores de otoño, que es como se conoce a todo el elenco de especies que florecen en esta estación del año, y que son especialmente abundantes en el barranco del Nano.
El barranco del Río Nano es un lugar de especial importancia medioambiental en nuestros escasos 12 kilómetros cuadrados, principalmente debido a que el uso militar de la zona lo ha preservado durante décadas del deterioro provocado por la actividad humana, que sí se ha dado en otros puntos de la ciudad.
Desde el punto de vista de los hábitats, el principal valor ecológico del Barranco del Nano es la presencia de algunos ejemplares de Tetraclinis articulata (árbol), que sólo está citado en Europa en la provincia de Murcia. Además, el arroyo de Tigofarten, que llega desde Marruecos, es uno de los pocos lugares por los que especies animales de tamaño medio pueden acceder a la ciudad, debido al efecto de barrera biogeográfica de la valla perimetral.
