De Marruecos podemos de decir de todo, pero lo que no podemos negar es que cada país defiende sus intereses fronterizos y uno de ellos es de las mercancías ajenas, y otro enviar su demografía para ¡no sólo quitarse el muerto de encima! Sino para influir el día de mañana en la sociedad española. Lo ilógico es que echemos nosotros mismos para atrás a todo aquél que sale con bolsa en la mano, salvo error u omisión, con productos de Melilla; al menos que se quieran saltar la cola y esto suponga desmontar el orden fronterizo de salida (sacando de quicio a la seguridad del Estado). Bastante tienen con pagar el "peaje" en el lado del vecino.
Pero hay una cuestión debemos de entender y no es otra cosa que defender nuestros intereses nacionales fronterizos, como por ejemplo que no pase un "mena" ni más historias de asaltos de emigrantes ilegales sea por tierra o por mar y pasarnos de humanistas cuando nadie que no tenga un interés económico, aunque sea una subvención o notoriedad, los quiere en su propia casa. Y si no, díganme ustedes por donde entran incluidos pedigüeños (alguno hecho polvo) sin derecho a la Frontera Schengen y no digamos nada del negocio marroquí de la droga hachís y las narco lanchas, negocios que crean mafias con poder tal, que la única forma de pararlo es "tirando a las ruedas".
Y es que es España de un tiempo para acá, se ha convertido en el País de "tócame Roque" tanto por dentro como por fuera, y ya va siendo hora que volvamos a la formalidad y seriedad en las formas, donde sea constreñida la contra legalidad perdiendo el miedo a los voceras, por el qué dirán, sean políticos o simplemente sociales o religiosos. Aquí se tiene que terminar el falso "humanismo liberal" a cargo del esfuerzo de todos los españoles haciendo funcionar el orden y ese mando tan deteriorado por el descerebramiento progresista y choricero neoliberal de lo "global", haciendo llegar a través de una Justicia a no salir de la cárcel hasta que no sea devuelto lo afanado (robado o amañado) por un lado, que por otro hay que endurecer las penas por todo tipo de contraviniente acción a la sociedad, sea individual o colectiva.
Y no digamos contra el asesinato y/o abuso violentado a mujeres y niños, aquí ha de ser total y radical sean "quienes sean" no más contemplaciones por derecho jurídico. Ese, para lo social bien entendido y para sostener el Estado Democrático, que buena falta que nos hace con tanto "descerebrado" ambicioso como tenemos por blandura legal, donde manda don euro (tanto tienes tanto vales) y sus contactos "mafiosos" y aledaños. ¿O no?.
