La Ciudad Autónoma de Melilla ha destinado 190.000 euros a la rehabilitación de la capilla de Colegio La Salle-El Carmen, de 80 años de antigüedad y obra del arquitecto Enrique Nieto, discípulo de Antonio Gaudí, que se vio dañada por el terremoto de magnitud 6,3 que sufrió Melilla el 25 de enero de 2016. El presidente del Gobierno de Melilla, Juan José Imbroda, y el consejero de Fomento, Javier González, visitaron ayer la capilla de este “emblemático” centro educativo, donde la Ciudad Autónoma se ha encargado de restaurar las vidrieras, algunas de las cuales habían sufrido fisuras e incluso se habían rajado. Además de reparar los daños del seísmo, esta actuación también ha renovado algunos de sus elementos, como las maderas exteriores, que estaban muy deterioradas por el efecto de los vientos de levante y poniente que suele haber en Melilla, y se han mejorado con la instalación de un doble cristal exterior para protegerlas, y elementos eléctricos para abrir las que son abatibles.
En declaraciones a los periodistas, Imbroda recordó que la Ciudad Autónoma firmó un convenio con el colegio para ayudar en la restauración de la capilla, cuyo presupuesto supera los 400.000 euros, y en concreto se ha encargado de las vidrieras, que son “obras de arte” y, además de “patrimonio de La Salle”, también lo es de la ciudad.
Imbroda destacó el resultado de la actuación, que “ha quedado espléndida en su conjunto” y “es una mejora que se incorpora al colegio La Salle y a la ciudad”, por lo que felicitó a todos los que han intervenido en el proyecto, que ha permitido potenciar diferentes recursos, como la iluminación, y el suelo, todo ello “conservando lo que había de antiguo, pero dándole mucha más prestancia”.
Ejemplo de colaboración
A su juicio, esta actuación es un ejemplo de cómo la Ciudad Autónoma colabora con todas las instituciones de Melilla, y subrayó la importancia de La Salle como “un colegio emblemático y muy significado con Melilla”, que tiene “un pasado histórico importantísimo, un presente genial y un futuro todavía mucho mejor”.
González, por su parte, explicó que la ayuda de su consejería en esta obra ha sido “muy buena e imprescindible” para que el colegio pudiera arrancar con la obra de consolidación de su salón de actos y capilla “para otros 100 años más”, algo importante porque dicha estancia es “el buque insignia” de La Salle.
Sobre la obra, además de la actuación en las vidrieras, destacó la parte estructural, ya que al levantar las losas que se habían fisurado, se descubrió que el forjado se encontraba en mal estado y “para no subir el suelo y cargarlo más, han hecho un refuerzo con una viga central por la parte de abajo, que es un verdadero cálculo de estructura muy fino y muy importante”.
De esta forma, la luz del salón se mantiene sin tener que volver a cargar la estructura del suelo, y se han introducido todas las canalizaciones que necesita un edificio del siglo XXI vaciando la zona de los rodapiés, dado que las paredes “no se podían tocar porque son históricas”, y posteriormente se ha vuelto a reproducir “de forma idéntica”.
