Fuentes cercanas a los policías expedientados, señalan que la versión que se cuenta sobre la supuesta agresión al menor de 17 años no se ajusta en su totalidad a la realidad. La versión facilitada es la siguiente: "Los cinco policías fueron rodeados por catorce menores en el McDonalds de Melilla, y los menores les lanzaron botellas y objetos contundentes". Como resultado "un policía tiene el brazo roto y puntos en la cabeza. Otro policía también tiene puntos en la cabeza, han vuelto a su base en Málaga". Indican estas fuentes policiales que "un menor con una botella de cristal agredió a un policía rompiéndosela en la cabeza y con el casco que le quedaba pinchó dos veces en la cabeza a otro policía".
El tío del menor que iba en un todoterreno, "intentó atropellar a los policías con el coche, pero solo atropelló a otro menor al que pasó por encima con el coche". Los policías fueron al hospital para que les curaran las heridas y fueron atendidos por un médico de "origen marroquí que quería poner en el parte facultativo el nombre y apellidos de los policías. Estos se negaron, finalmente fueron atendidos por otro médico, sin vínculos raciales o religiosos con el menor".
"El médico marroquí quería hacer constar en el parte que los policías estaban bajo el efecto de las drogas, cuando eso no es cierto", afirman. La familia del joven, en el hospital "amenazó e increpó a los policías y se tuvo que desplazar al lugar otro indicativo policial. Ya que se cuente la verdad, por lo menos que no se cuente a medias", afirman compañeros de los policías expedientados.
