Va a ser lo mas difícil, singularmente para la derecha a la hora de concursar en los próximos comicios allá por el mes de mayo. Competidores por la misma calle obligaran a hilar con coherencia, pese a que fuentes del partido conservador, ante el reproche por haber abandonado su reivindicación para que sea la lista mas votada la que gobierne, dijeron la pasada semana que “la incoherencia es el precio que hay que pagar ante las nuevas circunstancias”. Pero la incoherencia debilita, corroe la credibilidad cuando no los principios.
Como incoherente y preocupante es que frente a la aparición de una fuerza política disruptiva y extrema que encarna una ruptura con el sistema, con el poder establecido. Que promete limpieza sobre la corrupción ocurrida y la que se mantiene; que culpa de todos los males(incluidos los sanitarios y los referidos a la seguridad) a quienes los condena a la deportación masiva, los inmigrantes, con un hálito racista y xenófobo. Que aspira a lapidar las Autonomías. Que promulga la misoginia, pretende derogar la Ley de Violencia de Género y cuestiona la igualdad pese a ser un valor inherente de nuestro ejercicio constituyente (la mitad de la población es mujer, conviene recordar)…frente a todo esto, que sus portavoces dicen dentro de su derecho y ejercicio de una libertad de expresión que la Constitución ampara, el mensaje, por el momento, es el silencio, a ver como quedan las cuentas electorales.
Y si preocupante e incoherente es la silente respuesta, contradictoria es conforme a la actitud cuando se conoce la desgracia de algún nuevo caso de violencia machista. Rostros sombríos, semblantes circunspectos, declaraciones contundentes, tirones de piel ante el desvarío, ciclos de conferencias, minutos de silencio, “compromiso” de lucha, llamadas a la unión de esfuerzos…¿que responden los responsables de la derecha tradicional, y que también se autodenomina moderna, ante ese ideario político que de momento se ha hecho hueco en Andalucía con un breve resumen de lugares comunes reaccionarios, sobre todo en determinados temas?. Nada, que cada cual ponga el adjetivo que estime.
¿Qué dicen las mujeres de partido, especialmente las que ostentan alguna responsabilidad institucional, frente a esa, digamos, afrenta?. Nada, al menos públicamente. Es mas que probable que el argumentario de la formación política, siempre oportuno, aconseje a dejarlo fluir y ser cautos por si fueran necesarios votos supuestamente “indeseados”. Que cada cual opine y defina.
Hay mucho votante cansado, hastiado y decepcionado. Motivos no faltan. Especialmente la corrupción y la soberbia han hecho, y siguen haciendo, mella constante. Por ello, a la hora de explicar, proponer, prometer y pedir el consiguiente apoyo; a la hora de esta nueva siembra, mas que nunca, la coherencia marcará la cosecha. Que duda cabe que los valores y principios, también. “Lo más difícil de aprender en la vida es que puente hay que cruzar y que puente hay que quemar”. Es solo una opinión.
