Buscar
Cerrar este cuadro de búsqueda.
Logo de Melilla hoy

Dos versiones diferentes con un mismo objetivo: matar al mensajero

Hay dos versiones muy diferentes en este incidente que, ciertamente es grave y necesita ser esclarecido y que tenga las consecuencias que deba tener por parte de la Justicia. Pero mientras tanto, también hace falta que se cumpla ese llamamiento a la calma ante la alarma social generada, y que también hace mucha falta que se la apliquen los afines de las dos partes implicadas en este asunto, que ayer no dudaron en poner en la diana a los medios de comunicación por no gustarles el tratamiento que se ha hecho de la información Melilla vive una especie de convulsión desde que el pasado lunes empezara a correr como la pólvora la grabación de varios policías nacionales fuera de servicio reduciendo a un adolescente melillense, menor de edad, de una forma cuya ética es bastante discutible. Cierto es que el vídeo solo recoge 25 segundos de los aproximadamente diez minutos que, al parecer, se prolongó el incidente, pero en ese breve intervalo registrado con un teléfono móvil, se aprecia con cierta claridad que el chico estaba en el suelo, con las extremidades superiores inmovilizadas, y cómo el agente que lo tiene reducido le agrede con fuerza, primero en la cara con un par de puñetazos, que resuenan perfectamente en el vídeo pese al barullo, y después con una patada por detrás. Al mismo tiempo, en el vídeo se ve que alrededor hay otros agentes, dos de ellos uniformados, sin que hagan nada para impedir la actuación de su compañero.
Las imágenes han dado la vuelta a Melilla varias veces, con miles de reproducciones en las redes sociales y en los teléfonos móviles, y también han llegado a la prensa nacional, que se ha hecho eco de la noticia. Todo ello ha provocado en esta ciudad una conmoción e indignación en todo el mundo, a la que también habría podido contribuir el papel dinamizador de algunas voces que tratan cualquier incidente que se produce en Melilla como un hecho racista, algo que está por ver en la investigación que se ha abierto.
Porque también está la versión de los policías, que no se ha dado de manera oficial, sino que se ha dado a conocer de manera oficiosa, más tarde y sin tanta fuerza como la del menor agredido y su familia, reforzada por una grabación reprobable por los hechos que se reflejan en ella. Sin embargo, las heridas que sufrieron esos agentes implicados también impactan al verlas. En su testimonio, reflejado en el atestado policial, hablan de que fueron rodeados cuando estaban disfrutando de su ocio en el puerto deportivo y agredidos con una botella de cristal rota, un elemento que el menor agredido reconoció en una entrevista en televisión haber utilizado como defensa propia en mitad del incidente.
Vemos, por lo tanto, que hay dos versiones muy diferentes en este incidente que, ciertamente es grave y necesita ser esclarecido y que tenga las consecuencias que deba tener por parte de la Justicia. Pero mientras tanto, también hace falta que se cumpla ese llamamiento a la calma ante la alarma social generada, especialmente por parte de aquellas voces interesadas en aprovechar este incidente para incendiar la convivencia de la ciudad, dictando sentencias con motivaciones racistas cuando la investigación aún está en marcha.
Ese llamamiento a la calma también hace mucha falta que se la apliquen los afines de las dos partes implicadas en este asunto, que ayer no dudaron en poner en la diana a los medios de comunicación por no gustarles el tratamiento que se ha hecho de la información.
Jóvenes por Melilla, las juventudes de CpM, llegó a decir ayer que la versión de policías avanzada ayer por MELILLA HOY era una información falsa, que la habían filtrado fuentes vinculadas al PP y que las imágenes de los agentes heridos no se correspondían con este suceso, confundiéndolo con otra noticia diferente publicada en la misma edición, en páginas diferentes. Desde estas líneas recomendamos al portavoz que ayer afirmó tales cosas que antes de situarse en un atril para informar a la opinión pública, corrija su aparente escasa capacidad de comprensión lectora, a no ser que su intención, como todo apunta, fuera manipular para desacreditar a este Periódico ante una noticia publicada que no era de su agrado por contrarrestar la versión que su formación se ha empeñado en difundir desde el lunes en redes sociales. Noticia, por cierto, que ayer también publicaron muchos medios nacionales, no solo MELILLA HOY. No diremos nuestras fuentes informativas, ni tampoco aceptamos que alguien desde un atril nos diga cómo tenemos que hacer nuestro trabajo, al igual que nosotros no decimos cómo deben hacer el suyo los políticos, aunque a veces sea tentador cuando se ven algunas desafortunadas actuaciones.
En cuanto a los sindicatos policiales que ayer criticaron el proceder de los medios de comunicación en este caso, acusándoles de obviar en sus informaciones la versión de los policías, cabe recomendarles que se informen bien antes de lanzar ataques de este tipo. En el caso de MELILLA HOY, tras conocer el incidente, quisimos recabar la versión oficial de la Policía, que nos remitió a la Delegación del Gobierno, que a su vez se limitó a emitir un escueto comunicado de cinco párrafos. Probablemente al resto de medios melillenses les sucedió lo mismo. Si no se hubiera dado este cerrojazo informativo, todos los medios podríamos haber dado antes la versión de los agentes, como hubiera sido lo deseable, para que la opinión pública conociera lo que dicen ambas partes. También habría sido eso posible si los sindicatos policiales hubieran reaccionado antes emitiendo sus comunicados en vez de esperar a ayer, más de 48 horas después de los hechos, cuando el vídeo ya había hecho su trabajo en las redes sociales.
Por desgracia, vemos en este caso, una vez más, que matar al mensajero nunca pasa de moda. En eso se han puesto de acuerdo las dos versiones de este asunto, pese a estar tan enfrentadas.

Loading

Más información

Scroll al inicio

¿Todavía no eres Premium?

Disfruta de todas
las ventajas de ser
Premium por 1€