Algo está pasando en España cuando el constitucionalismo y los defensores de la Ley de Leyes siguen aumentando día a día y no nos referimos a unos académicos o tan siquiera a los integrantes de un debate después de una lección magistral del profesor Sánchez Agesta como en nuestros años universitarios, sino al ciudadano que costándole llegar a fin de mes cuelga la Bandera en sus balcones como amparo ante lo conseguido y que quieren hurtarnos y que se ha traducido en que el arco parlamentario que defiende los derechos y libertades no solo reivindique la Carta Magna sino que aumenta en las encuestas y como ha pasado en Andalucía también en escaños. Lo acontecido el 21D en Barcelona
presionando los Comités de Defensa de la República ante la celebración de un Consejo de Ministros y la manifestación posterior “tumbemos el régimen”, constata otro capítulo más de la situación límite que padecemos y que bajo ningún concepto puede traducirse en una bajada de pantalones ante los independentistas por una foto que no es más que poner más tornillos al sillón de la Moncloa. La cercanía del 27 de Diciembre cuando se cumplen cuarenta años de la sanción por S. M. el Rey, D. Juan Carlos, de la Constitución tras el referéndum ha hecho posible que el Ilustre Colegio de Abogados de Melilla (ICAME) organizase una conferencia conmemorativa y de apoyo a la Ley de Leyes. Bajo el título “La Constitución de 1.978. Clave de la democracia en España”, el ex-ministro de Justicia, Rafael Catalá, fue analizando un texto que nació de la concordia y el consenso entre personas ideológicamente tan diferentes como aquellas que se sentaban en el Hemiciclo. Así reconoció la aportación de aquel Torcuato Fernández Miranda con su frase sobre el cambio político de “evolucionar de la Ley a la Ley”, o la de los padres de la Constitución, del Rey, de Suárez o de alguien a quien no se nombro en exceso, el ex presidente del Congreso de los Diputados, Antonio Hernández Gil. Para el ex- ministro en estos cuarenta años se ha avanzado en turismo, en inversiones o en el peso que como nación España ha alcanzado y no solo en los países de nuestros entorno sino en los de Iberoamérica, al servir de ejemplo de transición. Todo lo que estamos padeciendo los españoles con esos movimientos secesionistas se superará en opinión de Rafael Catalá ante la madurez de la sociedad, la cual mantiene que no es prioritaria la reforma constitucional por lo cual afrontarla hoy con el problema catalán sería un error. A lo que calificó como debate trampa al ocultar la realidad que no es otra que enmendar el régimen de 1.978. Por eso en opinión del ex titular de Justicia hay que poner en valor nuestra Constitución y reivindicar la deuda que España tiene con todos los que la defendieron como son las víctimas del terrorismo. A Rafael Catalá, persona cercana y de trato amable como pude comprobar en la conversación que mantuvimos, hay que reconocerle su labor como ministro al hacer desaparecer las tasas judiciales, como pedíamos reiteradamente desde la abogacía española o todas sus gestiones para dignificar el Turno de Oficio o impedir que el IVA se implantase en el mismo. El decano del ICAME, Blas Jesús Imbroda, en sus palabras finales subrayó todo eso del conferenciante como méritos para imponerle la Medalla de Oro colegial. Decía Adolfo Suárez, “Todos tenemos que llegar a un acuerdo, a un pacto de concordia que debemos renovar cada día”.
