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Mi Belem

Desde que me recuerdo de niño, montaba el Belem, lo mejor que podía y sabía, pero siempre bajo la representación del monte harinado, el río de papel de estaño, cuatro borregos con patas de alambre, nubes de algodón y un recortable del portal con los tres intérpretes principales de la noche, “más buena de todas las noches”.
Y en el camino, algún pastor de cartón, cuyos pies siempre tenían que estar ocultos en el serrín del suelo, para evitar caerse. Un cromo con la cabeza de un ángel que me “prestó” mi hermana y que, pegado con un poco de engrudo en la parte más alta del portal, indicaba que lo que allí estaba sucediendo era algo distinto a los partos que las comadronas solían atender en las casas particulares
Y eso era todo. Y no había más…Tampoco se necesitaba mas era lo preciso. Lo justo para que alguna pastoral de las muchas que había, se acercara y sin sacar “cuatrocientas sillas”, se tomaran una copita de coñac o anís- no había otra cosa- y algunos borrachuelos, que la señora María, “master chef” de aquella casa, había estado elaborando durante el día, con receta aprendida de la otra señora María, para que la tradición familiar prevaleciera mas allá de las “tiendas” y puestos navideños ya que la Navidad era eso: tradición familiar.
Y la pastoral cantaba aquello de: “Vamos a Belén pastores… cantemos con alegría… todos con ramos de flores… para el “pastor” de María… La Virgen, su fruto, ya lo ha dado a luz… Los ángeles cantan al niño Jesús”… Y sonaban las zambombas y panderetas, y el laúd, era como un hilo invisible que comunicaba lo de arriba con lo que estaba sucediendo abajo….
Era la NOCHEBUENA. Un mantel blanco oliendo a romero que la madre, guardaba para esa noche entre plantas y azahares y una cena frugal y sencilla. Y de sobremesa, el cigarro, el café y la copa, en la charla del padre y el abuelo, mientras que el niño, intentando ponerse “cañillas” en los ojos, era observado por la madre sonriente, que besándolo, lo recogía en sus brazos llevándolo hasta su cama, porque mañana era Navidad. Y había que estar bien preparado para los aguinaldos.
Buenos días y Buena Nueva

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