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El Candil

Meditando

Entre un tiempo y otro de esos que se van pensando apurruñando en el sillón a mí mismo, como protegiéndome del ambiente que me hacía sentir incómodo y con miedo a la destemplanza, esa que te congela el cuerpo en el mejor de los casos camino del escalofrío y no te lleva al disgusto sentimental que interiormente te roe por haberte corroído el político separatista de turno el alma, tú que acostumbrado a la formalidad de la unidad de la Nación que desde una democracia natural y sin trabas o ambages nos reconfortaban desde la familia el sindicato y el municipio para hacer y mantener una nación fuerte y próspera, por eso y sólo por eso tú y yo echamos en falta el gobierno que durante cuarenta años nos dirigió y alimentó el espíritu nacional municipal sindical y familiar con ayuda a la numerosa que sin miedos a las dificultades económicas y sociales el padre que entonces era un cabeza visible responsable y trabajador en la senda del trabajo por cuenta ajena sabiendo de antemano que la mujer de la cual tú eres "su hombre" es refugio no solo espiritual sino que es el baúl de los recuerdos de tus quejos y quejidos, bastión en la educación de los hijos niños y niñas que por esa cualidad tierna de la infancia hace que se te caiga la baba y sueñes despierto que no van a crecer y cuando te das cuenta "te dan capones con la barbilla" dándote nietas que por dulces y jugosas sus maneras son bondades de naturaleza familiar llenando el frutero de nuestra vida culminado con algo tan sabroso como una Claudia riquísima sana por la Gracia de Dios que pudiendo llegar a ser una investigadora como Curie o una heroína como Agustina Zaragoza y sus compañeras y desterrando la violencia sea poetisa cuan Rosalía de Castro aunque sin aires tan independientes pues a su abuelo le gusta la unidad como principio de ser por soberanía de Estado, qué sería de la familia si no hubiera ese cobijo cuando más nos hace falta aún siendo uno o una independiente que eso "mola" mucho aunque sea incertidumbre constante e inquietud que acongoje en tus futuros tiempos de la vida por falta de la compaña ésa que sus ojos vigilantes te serenan la confianza y te apoyan en los desequilibrios que da la vida, sea y es en el matrimonio la mujer y el hombre parte alícuota del equilibrio del matrimonio de iguales derechos espirituales y materiales donde ella es bastión de las arduas labores domésticas "sin contrato" y sin olvidar la sensualidad como confirmación del crecer y multiplicaos en buen entender sin confundir sea por "derecho de pernada" como abuso de un impropio poder personal.

Y meditado según mi memoria ejercía y pienso que la razón sin olvidar el espíritu sea lo justo en justicia desde los primeros pasos de la familia y pobre de aquél miserable dañe tal familiatura. Amén

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