Buscar
Cerrar este cuadro de búsqueda.
Logo de Melilla hoy

Balance ambiental de 2018: Se acaba el tiempo para cambiar el rumbo

“El anuncio de la contratación del plan de recuperación de la gaviota de Audouin llegará por fin en el año 2019, con seis años de retraso”, afirma Guelaya

Ecologistas en Acción hace balance del año 2018. Un cambio súbito en el Gobierno central, la consolidación del feminismo como un agente social de primer orden o la irrupción de partidos de ultraderecha ocurren al tiempo que se recrudecen los avisos de la imperiosa necesidad de un cambio de rumbo drástico en el actual sistema socioeconómico si se quieren evitar las peores consecuencias de un colapso climático, ambiental y social.
Algunas consecuencias de los cambios nacionales
El cambio de Gobierno nos ha traído avances en materia de energía y clima. Sin embargo, no se han producido avances desde el Gobierno central en materia de biodiversidad y agua, que se esperan para este año.

Energía: La desaparición del impuesto del sol permitirá recuperar el tiempo perdido en el aumento de uso de energías renovables para hacer frente al cambio climático.

Cambio climático: La cumbre de Katowice en Polonia no ha estado a la altura del reto al que nos enfrentamos. Se siguen incrementando las emisiones de CO2 mundiales y españolas ante nuestros timoratos planes de reducción de emisiones que siempre encuentran trabas y dilaciones.

En biodiversidad hay mucho que hacer, sobre todo después del cambio que promovió el PP en el límite de su legislatura en la Ley de Patrimonio Natural, que permitió gran cantidad de excepciones para el uso comercial de diversas especies exóticas invasoras.

Consecuencias locales del año 2018
El anuncio de la contratación del plan de recuperación de la gaviota de Audouin llegará por fin en el año 2019, con seis años de retraso. Aplaudimos la decisión, lo que nos anima a continuar demandando el resto de planes de conservación y recuperación de especies presentes en la ciudad con la categoría de en peligro de extinción y vulnerables, sobre todo de las especies terrestres que son de responsabilidad exclusiva de las Ciudad Autónoma.

La aprobación en el plan Integral de residuos del reciclaje de envases, el contenedor amarillo, supone también un avance, pero no debemos olvidar que ya existía el compromiso de reciclar envases en el plan anterior, y a pesar de ello, el actual equipo de Gobierno no lo ha querido implementar en los cuatro últimos años.

Bien está que en 2019 se comiencen a reciclar envases, pero primero será necesario poner a punto la infraestructura necesaria. Guelaya apoyará el reciclaje de envases, al igual que cualquier otro material reciclable, objetivo indispensable para poder pensar en un futuro sin incineradora, aunque recordamos que la demanda de reciclaje nos viene impuesta por la directiva europea de residuos.

En cuanto al final de las bolsas de plástico, Guelaya aplaude la campaña de la ciudad promoviendo bolsas de tela, y se sumará a ella.

Tampoco el agua este año ha supuesto avances significativos en Melilla. La renaturalización del río de Oro sigue a la espera de comenzar y nos seguimos alejando del objetivo de ahorro en el consumo de agua, que siguió aumentando a lo largo del año para subir a casi 400 litros por habitante y día el verano pasado.

Sin embargo, destacamos que las obras para reutilizar en el riego de zonas verdes las aguas residuales como una de las medidas incluidas en el plan hidrológico que por fin se podrá utilizar este año.

El balance del año 2018, y de la legislatura, ha sido pobre y escaso
Tras la valoración realizada por Guelaya en junio de este año, tres años después de la entrada del actual equipo de Gobierno en la Ciudad Autónoma, el balance de temas, si comparamos los logros con las demandas planteadas en el comienzo de la legislatura por nuestra asociación, en julio de 2015, dejan un pobre balance, que hacen pensar que las expectativas depositadas en el equipo de gobierno no se han cumplido en diversas materias.

De los 24 asuntos analizados en los últimos 3 años, solo tres parecen ir por buen camino, en ocho casos el asunto no está resuelto pero se está en proceso de conseguirlo y finalmente en 13 casos, la mayoría, no se han producido avances significativos.

La conclusión general a la que llegamos es que no existe en la Consejería de coordinación y Medio Ambiente capacidad para sacar adelante el trabajo que el medio ambiente de Melilla necesita, a nuestro juicio, por falta de recursos materiales, humanos y económicos.

La falta de personal y de financiación la valoramos a su vez como un indicador de que las políticas públicas de medio ambiente no son una prioridad para el equipo de gobierno actual, ya que nos consta el esfuerzo del personal de la Consejería y el interés del consejero en conseguir recursos.

Loading

Más información

Scroll al inicio

¿Todavía no eres Premium?

Disfruta de todas
las ventajas de ser
Premium por 1€