Como nuestra Carta Magna, en su art. 20 me da su “placet” para escribir libremente mis opiniones, pienso que todo lo que está ocurriendo en la política nacional, y en concreto en esta tierra andaluza de María Santísima, creo que se merece una opinión singular y excepcional, o sea, muy sui géneris porque, la verdad, es que no lo merece de otra forma.
El partido VOX, en latín, que suena más guay, dice: “Lo que pedimos es que no haya prejuicios, se respete la presunción de inocencia, la independencia judicial y que se acaben las subvenciones millonarias a asociaciones que fomentan el feminismo supremacista y las imposiciones ideológicas de la izquierda”. ¡Olé ahí!, los buenos “demócratas”. Pero los “Naranjitos” les han contestado: “…Luchar contra la violencia machista con recursos y medidas para que nadie abuse de una mujer no es una opción, es una obligación para todos. Firmamos el pacto de Estado y lo aplicaremos en Andalucía y en todas las CCAA que gobernemos. La libertad y la igualdad no se negocian”. ¡Toma ya!. Y los del nº1, del ranking discográfico, con su famosa canción: “Aplicar el 155”, tampoco se han quedado atrás, y recuerdan reivindicando: “… Lo importante del Pacto de Estado, que fue un logro del Gobierno del PP (¿?) con el resto de grupos en el Congreso y en el Senado, y que también ha generado en las CCAA, la voluntad de articular medidas similares para luchar con un problema muy grave y muy serio”. Muy bien, y ahora ¿dónde dejamos a los “Podemitas” y a los “Rojos pesoeistas” de los “ERES”, ¡eh!?. No sé…, pero yo los veo como agazapados y a verlas venir, los muy cucos; aunque algunos malpensados creen que están acojonados. ¡Hombreee!, es que han sido 36 tacos de almanaque los que han ocupado el “Cortijo de San Telmo”, y no había güevos peperos para echarlos; hasta ahora, que han aplicado un “Volvone amarillito”, un litro de “lejía” con el azulete de la ropa blanca de hogaño, y el “Salfumán” azul fuerte de mar, de antaño. Pero tal y como se está viendo este “cortijo andaluz”, creo que todo va a quedar en agua de borrajas, con acuerdos cogidos con pinzas inodoras, que cada uno llevará con sus respectivas plumas, cuando firmen sus pactos. Lo de las pinzas inodoras es por el pestazo que tendrán que aguantar cada uno de ellos, al firmar; pero yo creo, como grandes actores que son, como decía Guy Mollet, político socialista francés: “La coalición es el arte de llevar el zapato derecho en el pie izquierdo, y viceversa, sin que salgan callos”. Bueno pues ya verán ustedes, si es que llegan a un acuerdo, cómo estos políticos, andarán tan cómodamente patizambos, porque saben que sus votantes no castigarán su error hasta los próximos comicios, y mientras: ¡Viva la Pepa, de Puerto Real!, en este caso la del 78.
Metafóricamente hablando, por supuesto, recuerden lo que decía Voltaire, que era muy listo el tío, y sabía un montón de filosofía y de historia: “El que quiera que su patria no sea jamás ni más grande, ni más pequeña, ni más rica, ni más pobre, ése será el mejor ciudadano del Universo”. Y si eso lo escribió uno de los representantes de la Ilustración, fíjense lo que plasmó nuestro cachondo Quevedo y Villegas: “¡Cual trueno, el caldo resonar se siente/ en mi buche; se sigue un estallido,/ y en voz baja un papar; luego despedido/ un pappappar ruidoso; y finalmente/ con un pappappappar alborotado,/ hago la caca, y quedo sosegado!”. Historia con su filosofía de la chachi piruli, y un soneto escatológico, para que felizmente, se le salten a uno las lágrimas mientras empuja, por el ojo que carece de niña, hasta soltar un saludable pedo sonoro y cagalistroso, dedicado a los que se hallan embadurnados de demagogia, y a los gilipollas de a pié, que osan comparar el contencioso de Gibraltar con Ceuta y Melilla. Todo ello, como final, bien acompañado y sazonado con su correspondiente corte de manga, y enhiesto el dedo corazón en ristre.
