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Piden 7 años de prisión a un grupo de inmigrantes por dar una paliza a un tunecino en una casa okupa

Juzgados de Melilla

El 12 de abril de 2018, sobre las 21:00h, un ciudadano tunecino fue conducido por unos menores a un inmueble abandonado ubicado en la calle Carlos V (Industrial), con el pretexto falso de ser guiado a un Hotel. Al llegar al lugar, un grupo de inmigrantes ilegales de origen marroquí, residentes en el inmueble en ruinas, se abalanzaron sobre el perjudicado para robarle cuanto llevaba, propinándole una brutal paliza que lo envió al Hospital. Los acusados niegan su participación en los hechos; mientras unos se omiten del lugar de los hechos, otros señalan como autores a los demás. El Ministerio Fiscal interesó para los acusados un total de 6 años y 8 meses de prisión por los delitos de robo con violencia y lesiones.

Según la descripción de los hechos sostenida por el Ministerio Fiscal y las declaraciones del perjudicado, el 12 de abril de 2018 la víctima, un ciudadano tunecino que acababa de llegar a la ciudad, se encontraba deambulando por Melilla en busca de un hotel donde pernoctar. En ese momento, unos menores de edad le ofrecieron guiarlo hasta un hotel; a cambio, el perjudicado compró una pizza.
Sobre las 21h, los menores condujeron al perjudicado a una encerrona frente a un edificio en ruinas, una casa okupa frecuentada por inmigrantes ilegales, situada en la calle Carlos V (en el barrio del Industrial), momento en el que un nutrido grupo de personas -”al menos 10”, entre ellos los acusados- se abalanzó sobre él con intención de robarle cuanto llevaba encima. Pese a que inicialmente presentó resistencia, el perjudicado fue rápidamente reducido a base de golpes; los asaltantes le propinaron puñetazos y patadas, y le agredieron con dos barras de hierro, lo que le produjo considerables lesiones (las principales en cabeza y abdomen). Finalmente, quedó semi-inconsciente y los agresores le quitaron el teléfono móvil (valorado en 80 euros), los cascos, la ropa que llevaba y 2.000 euros en efectivo.
El perjudicado fue al Hospital y, tras ser atendido, se personó en Comisaría para interponer una denuncia. Acompañó a los agentes hasta el lugar de los hechos y, tras el registro del inmueble -que fue evacuado por los agentes ante el evidente riesgo de derrumbe-, identificó sin género de dudas a 4 de los adultos que le agredieron y a los dos menores (ya condenados por estos hechos), que fueron inmediatamente detenidos y trasladados al centro penitenciario, donde se encuentran en prisión preventiva desde el 13 de abril de 2018.

Hermanos
De entre los cuatro acusados, todos inmigrantes ilegales de origen marroquí, dos son hermanos.
Si bien uno de ellos no declaró, el otro, que vestía las ropas sustraídas a la víctima en el momento de su detención, sostuvo que no participaron en ninguna agresión y que llevaban durmiendo en la casa okupa solamente desde el día anterior, cuando les habían invitado a entrar.
Este acusado afirmó que la víctima apareció en el inmueble con los dos menores, y que llevaba una pizza que compartió con todos los presentes. Después, según su versión, se fue de la vivienda para intentar colarse de polizón en algún barco, pero fracasó y cayó al agua; “estaba mojado, tenía mucho frío, y cuando llegué de vuelta a la casa me ofrecieron ponerme ropa seca”, relató el acusado, quien afirmó que su hermano -de quien se había separado al escapar de los agentes en el Puerto- no llegó a la casa okupa hasta varias horas después que él.
Según el acusado, como en la casa no había luz, no pudo ver las manchas de sangre, y se echó a dormir tranquilamente en el suelo, acompañado del resto de habitantes de la casa, hasta que a la mañana siguiente lo despertó la intervención policial.
“Llevo desde 2007 en esta tierra santa, y nunca he pegado a nadie, porque se que es peligroso”.

Baila
Los otros dos acusados, que necesitaron de la asistencia del intérprete, ofrecieron una versión distinta de los hechos.
Hasta la llegada del tunecino con la pizza coinciden con los hermanos, si bien afirman que, en un momento dado -tras la cena- empezaron a beber, “estaban borrachos”, y llevaron a parte a la víctima. “Oíamos al chico de Túnez gritar y llorar, y cuando volvió llevaba otra ropa distinta […] lo sentaron y lo obligaron a cantar y bailar, mientras le pegaban con las barras de hierro y él gritaba y lloraba, pidiendo que le dejaran marcharse”.
Según estos acusados, los presentes se asustaron y huyeron del lugar llevándose sus pertenencias, si bien tuvieron que volver avanzada la noche por causa del frío que hacía en la calle: “no tenía dónde dormir”.

Conclusiones
El Ministerio Fiscal consideró probados los hechos e interesó para todos los acusados la imposición de una pena de 4 años y 3 meses por un delito de robo con violencia (agravante de objeto peligroso) más una pena de 2,5 años por un delito de lesiones. Además, los acusados, en caso de ser condenados, deberán abonar al perjudicado la cantidad de 360 euros por las lesiones y 2.800 euros por los efectos robado. Cada uno de los delitos implica, a su vez, una prohibición de acceso a España de 7 años (14 en total).
Los acusados pueden optar por su expulsión del país tras cumplir 2/3 de la condena, si bien ambos hermanos manifestaron su oposición.

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Fernando Lamas Moreno

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