De los 218 reclusos que acogía la prisión melillense, la mitad, eran residentes en Melilla. El resto lo componían, marroquíes y ciudadanos de la Unión Europea. El centro se alejaba, en casi 30 puntos, del porcentaje nacional de internos que cumplían condena o prisión preventiva en sus comunidades de origen.
Unos 2.500 melillenses se daban cita en las gradas del Álvarez Claro con el ánimo de aupar a la U.D. Melilla a la cabeza de la clasificación del Grupo IV. Pero no pudo ser. Dos factores influyeron negativamente en el desarrollo del partido. El fuerte viento de poniente y la disciplina de los jugadores del Sevilla B.
El Parque Hernández se cerraba por el fuerte viento.
De los 218 reclusos que acogía la prisión melillense, la mitad, eran residentes en Melilla. El resto lo componían, marroquíes y ciudadanos de la Unión Europea. El centro se alejaba, en casi 30 puntos, del porcentaje nacional de internos que cumplían condena o prisión preventiva en sus comunidades de origen.
Unos 2.500 melillenses se daban cita en las gradas del Álvarez Claro con el ánimo de aupar a la U.D. Melilla a la cabeza de la clasificación del Grupo IV. Pero no pudo ser. Dos factores influyeron negativamente en el desarrollo del partido. El fuerte viento de poniente y la disciplina de los jugadores del Sevilla B.
El Parque Hernández se cerraba por el fuerte viento.
