Buscar
Cerrar este cuadro de búsqueda.
Logo de Melilla hoy

Cine en Melilla

El vicio del poder

Director: Adam McKay. Intérpretes: Christian Bale, Amy Adams, Steve Carell
El vicio del poder narra la historia real de Richard Bruce (Dick) Cheney (Christian Bale), una de las mentes más esquiva y reservada de la política moderna de Estados Unidos. La compleja trayectoria de Cheney abarca medio siglo, desde que era un trabajador eléctrico en la Wyoming rural hasta convertirse en presidente de facto de los Estados Unidos. Guiado por su ambiciosa y leal esposa, Lynne (Amy Adams), y bajo la tutela del brusco y bravucón Donald Rumsfeld (Steve Carell) quien, a lo largo de décadas, ejerció de mentor, compañero de trabajo y, al final, subordinado, de Cheney, enseñándole cómo maniobrar dentro de los estamentos de poder y situarse en una posición que le permitiera mover los hilos. Cheney se fue haciendo un hueco en la estructura de Washington D.C., empezando por la administración Nixon, para convertirse después en jefe de gabinete de la Casa Blanca con Gerald Ford y, tras cinco mandatos en el Congreso, Secretario de Defensa para George H. W. Bush (Sam Rockwell). En el año 2000, abandonó su cargo como consejero delegado de Halliburton para presentarse como vicepresidente de George W. Bush, con el entendimiento implícito de que ejercería un control casi sin cortapisas que le convertiría prácticamente en copresidente.

Cheney tuvo que suspender temporalmente sus ambiciones políticas para proteger a su hija Mary (Alison Pill) cuando hizo pública su naturaleza lésbica. Más adelante, su otra hija, Liz (Lily Rabe), se presentó como candidata a un cargo público, rompiendo el círculo familiar. Con el apoyo de sus padres, Liz carga contra el matrimonio gay, alienando a Mary.

Completan el reparto Tyler Perry como el general Colin Powell; Lisa Gay Hamilton es Condoleezza Rice. También vemos, en una escena, a Alfred Molina dando vida a un camarero surrealista.

Las astutas y furtivas maniobras políticas de Cheney han cambiado el panorama político estadounidense, con repercusiones que seguirán haciéndose notar durante décadas. Pero está claro que hay más de un Dick Cheney, un hombre cuya reputación en el terreno público se contradice con su vida privada y su evidente devoción por su familia. El vicio del poder los contempla a todos.

El guionista, director y actor Adam McKay nació en Filadelfia, en 1968. Se graduó en la Secundaria Great Valley y asistió a las universidades Estatal de Pensilvania y la de Temple. Comenzó en el mundo de la comedia como miembro fundador de la compañía Upright Citizens Brigade. En 1995, McKay y Will Ferrell empezaron a trabajar el mismo día en el programa de humor de la cadena NBC “Saturday Night Live”, donde McKay permaneció durante seis años y acabó convirtiéndose en guionista jefe. McKay y Ferrell hicieron otras colaboraciones de éxito, que sirvieron para establecer su particular estilo de humor absurdo en “El reportero: la leyenda de Ron Burgundy” (2004) y “Pasado de vueltas” (2006).

McKay creó su productora Gary Sanchez Productions en 2006, Desde entonces, ha creado películas que ha escrito (a menudo con Ferrell) y dirigido, como “Hermanos por pelotas” (2008), “Los otros dos” (2010) y la secuela “Los amos de la noticia” (2013). También ha producido éxitos como “Dale duro” (2015), “Padres por desigual” (2015), “Dos padres por desigual” (2017) y títulos independientes como “Welcome to Me” (2015).

En 2015, McKay y Charles Randolph adaptaron el libro superventas del New York Times de Michael Lewis “La gran apuesta”, sobre la crisis financiera de 2007/2008. Protagonizada por Christian Bale, Steve Carell, Ryan Gosling y Brad Pitt, fue muy elogiada por la crítica especializada y nominada a los premios Óscar, BAFTA y Globo de Oro a la Mejor Película, siendo premiada por el Sindicato de Productores (PGA) de 2016 en esta misma categoría. McKay fue nominado al Óscar, al BAFTA y al Globo de Oro al Mejor Director. Randolph y él ganaron el Óscar, el BAFTA, el premio del Sindicato de Guionistas (WGA) y el premio USC Scripter al Mejor Guión Adaptado.

A McKay le costó gran trabajo recabar información directa suficiente para escribir el guión de El vicio del poder. Dick Cheney, de carácter esquivo e inescrutable, ejerció de copresidente virtual de George W. Bush entre 2001 y 2009, cambiando la historia de Estados Unidos para las décadas siguientes. McKay confiesa: “No sabía gran cosa sobre Dick Cheney, pero, a medida que empecé a leer sobre su vida, me quedé fascinado con él, con lo que lo impulsaba, aquello en lo que creía. Seguí leyendo más y más y me quedé pasmado con la sorprendente manera con la que Cheney fue adquiriendo poder y lo mucho que ha influido en el lugar que ocupan actualmente los Estados Unidos en el mundo”.

Después de leer “The Power Broker”, biografía de Robert Moses escrita por Robert Caro, una inteligente visión sobre el ascenso al poder de un hombre y la difícil tarea de conservarlo, McKay siguió leyendo todo lo que estuviera relacionado con el poder, retrocediendo en el tiempo hasta Shakespeare. Fue entonces cuando empezó a tomar forma la idea del guión.

Cheney era gran aficionado a la pesca con mosca, deporte que requiere grandes dosis de paciencia, una virtud que le resultó muy útil en su ascenso, tanto en política como en los negocios. Pero quizá no habría logrado nada sin los ánimos y la ambición de su mujer Lynne Vincent, su amor desde el instituto. Después de que Cheney fracasara en sus estudios en Yale y lo pillaran un par de veces conduciendo bajo los efectos del alcohol, Lynne le ayudó a enderezarse. El temperamento ambicioso de Lynne transformó a Dick. Quienes la conocían decían de ella que con cualquiera que se casara, llegaría lejos. En este caso se confirma el dicho “detrás de un gran hombre siempre hay una gran mujer”. Sin el empuje y apoyo de Lynne, Cheney podría haber acabado llevando una vida tranquila en Wyoming, como sus hermanos. Lynne era consciente de que, por ser mujer, le estaban cerradas ciertas puertas, a pesar de que poseía cerebro y ambición. Hizo de Cheney su conducto al poder, aunque no pudiera manejar personalmente los hilos, sabía cómo situar a alguien para que lo hiciera por ella.

Cuanto más ahondó en la carrera política de Cheney, McKay se dio cuenta de lo compleja y trascendental que ha sido su influencia en la política estadounidense actual. Se propuso escribir un guión que transcendiera las creencias políticas y tratara temas universales. Para él: “Se trataba de un capítulo importantísimo de la historia política estadounidense que no creo que se haya examinado debidamente en la pantalla. Una pieza vital del puzle que explica cómo hemos llegado a este momento del tiempo en el que el consenso político se alcanza mediante propaganda, manipulación y desinformación. Y Dick Cheney fue el hombre en el centro de todo eso”.

Después de una documentación intensiva y de numerosas entrevistas personales, McKay consiguió delimitar más el enfoque que quería dar a la historia y empezar a escribir el guión. Comenzaría en Wyoming, en la década de 1950, y terminaría en los primeros años del siglo XXI.

En sus comedias y en su guión ganador del Óscar para “La gran apuesta”, McKay matiza la narración que avanza en el tiempo con elementos poco ortodoxos: un narrador nada convencional, romper la cuarta pared, momentos de humor surrealista, imágenes documentales e, incluso, una charla de almohada entre Lynne y Dick Cheney escrita en pentámetro yámbico.

McKay hace uso de un narrador no convencional (interpretado por Jesse Plemons), a modo de un personaje metafórico, un sustituto de los espectadores que adopta distintas apariencias a lo largo de la película, representando al hombre corriente, manteniéndole como eje emocional.

A McKay le interesaba tanto examinar a la familia Cheney como el ascenso político del propio Cheney, ofreciendo una visión cargada de humor negro y, a menudo, perturbadora del uso y abuso del poder institucional, la dicotomía entre el entregado padre de familia y el maestro titiritero de la política.

En su análisis final, McKay sostiene: “Para mí, personalmente, EL VICIO DEL PODER es un relato sobre el egoísmo del poder y cómo hemos dejado de lado a nuestra comunidad en general y a nuestro país. Incluso para los Cheney, acabó de una forma más o menos trágica. Pero lo bonito del cine es que puedes interpretarlo como tú quieras”.

El vicio del poder, con seis candidaturas, ha sido la película que ha acaparado más nominaciones en los recientemente fallados Globo de Oro: Mejor Película – Musical o Comedia, Mejor Director (Adam McKay), Mejor Guión (Adam McKay), Mejor Actor Protagonista en Película Musical o Comedia (Christian Bale), Mejor Actriz de Reparto (Amy Adams) y Mejor Actor de Reparto (Sam Rockwell).

Christian Bale ha sido premiado con el Globo de Oro al Mejor Actor Protagonista en Película Musical o Comedia.

Loading

Más información

Scroll al inicio

¿Todavía no eres Premium?

Disfruta de todas
las ventajas de ser
Premium por 1€