Sobre las 22:30 del 19 de septiembre de 2015, una patrulla de seguridad ciudadana de la Guardia Civil fue alertada por un viandante de que dos marroquíes habían intentado agredir sexualmente a una mujer. Los agentes consiguieron encontrar a uno de los hombres sospechosos de la citada agresión en la calle General Astilleros. Cuando se disponían a identificarlo, el acusado comenzó a amenazar de muerte a los agentes y a sus familias, y se abalanzó sobre uno de ellos esgrimiendo una llave con la que le produjo un leve corte. Finalmente el acusado tuvo que ser reducido por hasta 3 personas (los dos agentes y el ciudadano que denunció). El Ministerio Fiscal llegó a un acuerdo con la defensa y pidió únicamente una pena de 6 meses. El 19 de septiembre de 2015, sobre las 22:30, una patrulla de seguridad ciudadana de la Guardia Civil que se encontraba circulando por la calle General Astilleros fue abordada por un viandante que dio el alto al vehículo patrulla. El ciudadano alertó a los agentes de que, minutos antes, había frustrado un intento de agresión sexual a una mujer a la que dos hombres marroquíes habían asaltado en plena calle, agarrándola y tocándole los pechos. El hombre dio la descripción de los presuntos responsables de la agresión y señaló la dirección en la que habían huido, de modo que la patrulla comenzó a buscarles siguiendo las citadas indicaciones. Poco después, los agentes localizaron a uno de los sospechosos escondido detrás de una furgoneta a la altura de la estación de servicio de General Astilleros y procedieron a su detención. El acusado, de nacionalidad marroquí, se encontraba sentado en un bordillo a la espera de que los agentes procedieran a su identificación, cuando comenzó a increparles y amenazarles, diciéndoles cosas como “te voy a matar cuando te vea por ahí” o “os voy a coger con vuestra mujer y vuestros hijos, cuando vayáis por el Paseo Marítimo, y os voy a matar”. La agresividad del acusado fue en aumento y se levantó de donde se encontraba sentado, esgrimiendo un objeto punzante y abalanzándose sobre uno de los guardias civiles, al que provocó un profundo arañazo que no requirió de sutura.Los agentes fueron incapaces de reducir al acusado, por lo que el hombre que les había dado el alto tuvo que sumarse a los esfuerzos de los guardias. Ya entre los tres pudieron reducirlo y esposarlo, y descubrieron que el objeto punzante utilizado por el acusado había sido una llave. “Estaría bajo los efectos de alguna sustancia psicotrópica, porque fuimos incapaces de reducirlo, y eso que era un hombre más bien pequeño y de constitución normal”, declaró uno de los agentes. El acusado, sin antecedentes penales, no se personó en la causa, y su abogado llegó a un trato con la Fiscalía, por el cual se adhería a la petición de pena del Ministerio Público a cambio de una sustancial rebaja de pena. De este modo, el Ministerio Fiscal pasó de interesar para el acusado la imposición de una pena de 18 meses de prisión por un delito de atentado a “solo” 6 meses, además del pago de una multa de 600 euros por el delito leve de lesiones; todo ello prescindiendo de la responsabilidad civil por la indemnización, dado que el agente afectado la rechazó. Al no contar con antecedentes penales, ninguna de las partes se opuso a la posible suspensión de la ejecución de la pena de prisión.
