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El rincón de Aranda

Cronología Histórica de Melilla LXXXVI

En Melilla, desde muchos años antes a estas fechas, existía la famosa “Capona”. Esta consistía en una ración de etapa (30 días), para el soldado destinado en África. Las había de varias clases, como las graduaciones militares. Los antiguos decían que los civiles que arribaban a la Plaza, en aquéllos años, eran por desgracia bastante gente que, huyendo de riadas devastadoras, como la de Málaga, en 1907, y Almería, pobre de tierra, por nombrar las más cercanas y las que más influencia han ejercido en la ciudad, al calor del Ejército, recibía una “Capona” conforme al número de componentes familiares y graduaciones en el Ejército; por ejemplo, las de suboficiales se las entregaban a familias de hasta cuatro miembros.
Capona, en una de las definiciones de nuestro diccionario, es la que dice: “A costa del servicio, cosas utilizadas o adquiridas, o de la acción de utilizarlas, adquirirlas o disfrutar de ellas”, es la mas acertada, aunque también dice de la palabra “caponera”, entre otras cosas: “Sitio o casa en que alguno halla conveniencia, asistencia o regalo sin costa alguna”. Alguna gente de aquéllos años, jocosamente la denominaban como al cerdo que se capa para su engorde, aún sabiendo que, algunas mermaban al llegar a los necesitados: “Caponera capada, ayuda mermada”.

12.07.1909. Se reanudan las conferencias, con el General Marina, con nuevas pruebas de adhesión. De Beni Sicar, se reciben noticias de que esos vecinos desean conservar su amistad con España. Algunos, más belicosos, no la deseaban, pero el Santón de La Puntilla, y Sidi Butieb, les convenció para que buscaran la paz.

18.07.1909. Según las crónicas oficiales: “A las 9 de la noche de éste día, hallándose el Comandante José Royo de Diego, y el Capitán Enrique Guiloche Bonet, en la posición avanzada de Sidi Hamet el Hach, y después de haber combatido continuamente durante todo el día, fue asaltada la batería por los rifeños, en ocasión de haberse retirado de las piezas la tropa que les servía de sostén, y cesado el fuego por orden del General Marina, allí presente. Al notar la agresión, el Comandante Royo, alejado unos pasos, dijo en voz alta: “Guiloche, ¡hay que morir, nos quitan las piezas!”- y Guiloche contestó: “¡Vamos allá!”; corrieron ambos, revolver en mano, hacia la batería donde encontraron la muerte, después de darla por su mano a algunos de los agresores, en combate personal. El Capitán Guiloche murió agarrado a la rueda de un cañón de bronce comprimido de 9 cm. nº 268, y a su inmediación halló también la muerte el Comandante Royo, no sin que los enemigos dejasen varios cadáveres entre las piezas de la batería. El cañón de referencia fue remitido al Museo del Cuerpo, conservando las huellas que en él dejaron las balas enemigas, y que serán recuerdo indeleble de las heroicas muertes de nuestros compañeros. Los cuerpos de estos heroicos artilleros, recompensados con la Cruz Laureada de San Fernando, como comprendido en el punto 32 del art. 25: “Ser uno de los tres primeros que acudan a arrojar al enemigo que haya ocupado brecha, reducto o punta fortificada, batiéndose para impedirlo”. Reposan en el llamado Panteón Margallo del Cementerio de la Purísima Concepción de Melilla.

19.07.1909. Durante la mañana de este lunes, llegaban a Melilla los muertos y heridos en el combate de la noche anterior. Mientras, en el Puerto desembarca la tropa procedente de Barcelona. Son los “Cazadores de Estella” y de “Alfonso XII”, que no pudieron hacerlo los días previstos por el temporal de levante, teniendo que resguardarse en Las Chafarinas. Hay que destacar que la Cantinera de éste Batallón, era Dolores Llopart Llavería.

22.07.1909. Siendo Gobernador Civil de Barcelona Ángel Osorio y Gallardo, Juan de la Cierva y Peñafiel, Ministro de la Gobernación le comunicó por telegrama: “(…)Vigile mucho a los republicanos y anarquistas, y observe sus movimientos. Temo estén laborando desde el extranjero un plan desestabilizador motivo Melilla, cuide mucho de eso (…)”.

El comentario del Gobernador Civil pocos días después de producirse los acontecimientos fue: “(…) En Barcelona la revolución no se prepara, por la sencilla razón de que está preparada siempre. Asoma a la calle todos los días. Si no hay ambiente para su desarrollo, retrocede; si hay ambiente, cuaja. Hacía mucho tiempo que la revolución no disponía de aire respirable. Encontró el de la protesta contra la campaña del Rif y respiró a sus anchas”.

23.07.1909. Falleció, por arma de fuego, en Sidi Musa, Rafael de los Reyes Ortiz, Tte. de Infantería del Rgto. Melilla nº 59. Se le concedió la Cruz Laureada de San Fernando de 2ª Clase, y el 30.08.1910, con una pensión de 1.000 ptas. anuales, que “podrán disfrutar las personas de su familia”. Se halla enterrado en el Panteón de Margallo, fila 1, nº. 4. Nació en Antequera, Málaga.

26.07.1909. Se termina el desembarco, en Melilla, de las fuerzas expedicionarias de “Cazadores de Madrid ”, mandadas por el General Guillermo Pintos Ledesma. Ese mismo día El Mizzián y Chadly pregonaron que había llegado a Melilla un Caíd muy fuerte, por el General Pintos.

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