La gran Familia Regular, sobrecogida por la triste noticia, siente comunicar una baja irreparable entre sus filas. Nuestro Regular de Honor, Francisco Verdugo, fallecido el pasado 10 de enero en Málaga de forma repentina a la edad de 72 años. Paco, desde el primer momento que entró en la vida de los Regulares, supo ganarse el corazón de los que le conocieron y disfrutaron de su compañía y amistad, desprendía la grandeza de la sencillez y por ello, a partir del 30 de junio de 2004, se ganó a pulso y en silencio, el preciado título de Regular de Honor.
Este reconocimiento fue fruto del trato cercano y del cariño hacia los Regulares, sus Regulares, especialmente cuando ostentó, durante un buen puñado de años, el cargo de Hermano Mayor de la Real y Franciscana Congregación de Nuestra Señora de la Victoria, Patrona Coronada y Alcaldesa Honoraria Perpetua de Melilla, su cofradía, de la que el Grupo de “Regulares de Melilla” es Hermano Mayor Honorario y a la que acompaña, año tras año, el 8 de septiembre, en procesión, alrededor de nuestra Patrona, por las calles de Melilla.
Recuerdo incomparable de su labor fue su contribución en la concesión y entrega de la nueva Enseña Nacional al Grupo de Regulares de Melilla. Paco, claro ejemplo del dicho “la cara es el espejo del alma”, reflejaba un mensaje limpio de bondad y amor; se presentaba a lo grande, con su mirada y su sonrisa, con la fuerza que da el un ser entrañable.
Su recuerdo siempre se sentirá en la tribuna de la Explanada de los Héroes de Melilla, formando orgulloso con su “Tarbush Regular”, en el acotado que reservamos a quienes ostentan el título de Regular de Honor, entre los amigos que ahora le echarán de menos, …
“…. con la certeza que Tú,
ya le has devuelto a la vida,
ya le has llevado a la luz”.
Hasta el último momento y sin quererlo, ha recogido, este pasado martes 15 de enero, el merecido reconocimiento tras su legado como esposo (María Isabel), padre (Mará Isabel y Alejandro), abuelo (Adrián y Sergio) y demás familiares, pero sobre todo, como amigo y como humilde servidor de su querida cofradía. Y lo ha hecho en la Parroquia del Sagrado Corazón y en presencia de su Virgen, la del Pueblo, la de Melilla, la de la Victoria, la que ha sido testigo de su último adiós, pues él ya está entre los que han alcanzado la gloria y el dolor compartido de su familia y amigos.
A partir de ahora, serás nuestro mejor embajador entre los que “…como valientes lucharon y como héroes murieron…”, bajo el amparo de nuestra Virgen.
“Virgen hermosa de la Victoria,
dame en la Gloria,
puesto de honor, puesto de Honor “.
