"El periodista es un profesional que tiene algo de escritor, de sociólogo, de novelista, de historiador, de político sin llegar a serlo. Luego el periodista es la suma de todas las cosas que no es". Es posible que estas palabras de Miguel Ángel Bastenier señalen con acierto las múltiples personalidades de un periodista, profesión en eterna crisis pero que es a día de hoy cuando más se necesita de su presencia, de su profesionalidad y de su opinión. Y esto es así porque parece que todos los males se hubieran unido contra nosotros. No solo todo el mundo se considera en la actualidad un informador nato gracias a las ya conocidas redes sociales, sino que los estamentos oficiales (empresariales o políticos, públicos o privados) emiten sus propias informaciones, ponen los límites que consideran adecuados e incluso crean líneas de opinión que suponen poco menos que infalibles, pero eso no es periodismo.
Nuestro trabajo no es normal y precisamente porque es especial, porque es difícil, porque representa una dura responsabilidad diaria es por lo que resulta atractivo aunque cueste reconocerlo. A pesar de ello, el periodismo es ahora más necesario que nunca, en especial en un mundo lleno de violencias gratuitas, donde los que nos insultan requieren después de nuestra presencia para escuchar sus argumentos, en un mundo de fake news donde la misma mentira ya ha sido superada por la negación a hechos evidentes, por el desprecio a nuestras necesidades, a nuestros horarios, a nuestra situación laboral (generalmente mal pagada ) a empresarios que consideran que un medio de comunicación se puede dirigir como un supermercado y que sus redactores deben soportar insultantes contratos en prácticas, cuando hablamos de profesionales licenciados y en no pocos casos con abultada experiencia profesional …
Y sin embargo aquí estamos, realizando una labor esencial para cualquier sociedad que se considere avanzada, moderna y democrática. No importa que hablemos de medios de influencia internacional, nacional, regional o local. Todos tienen su lugar, su presencia, su formato. Todos son indispensables si queremos seguir avanzando hacia una sociedad más libre.
Pero siempre será necesario que haya periodistas, porque son los fedatarios de la realidad de su tiempo, el que analiza el mundo que le rodea y es el altavoz de la sociedad. Por todo ello, desde la Asociación de la Prensa de Melilla, queremos deciros a todos los profesionales que desarrolláis vuestro trabajo en esta compleja ciudad, que aunque no lo sepáis, sois importantes, admirables y fundamentales os escribimos estas palabras para que las tengáis en cuenta, para que no las olvidéis, para que recordéis que algunos sí sabemos que siempre estáis allí, en la noticia, viviendo el día a día y con horarios imposibles. Así ha sido siempre y así debe seguir siendo porque lo contrario no es periodismo, es otra cosa que no tiene nombre. Feliz día de nuestro patrón, San Francisco de Sales.
