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El rincón de Aranda

El obispo Abdo Antonio Sánchez Matas desterrado en Melilla

Hace unos días, hojeando “Efemérides de Málaga y su Provincia”, (Díaz de Escobar y Diaz Serrano, Málaga 1915), leo que el 14.09.1839: “…El Subteniente de la Milicia Nacional, José Antonio Cabrera, puso a disposición de la Junta Directiva del Gobierno de Málaga, al Obispo Abdo, de la Abadía de Alcalá la Real, Fray Antonio Sánchez Matas, que fue llevado a Melilla, comunicándose así por el Comandante General, José Santa Cruz, al Ayuntamiento de Alcalá…”. La verdad es que a mi no me “cuadraba” que en esa fecha hubiese un Obispo Mitrado referenciando a nuestra ciudad; y que fue puesto a disposición del Gobierno de Málaga, previa comunicación del Comandante General de nuestra ciudad. Ante esos datos, como casualmente, en la “Cronología Histórica de Melilla”, que José L. Blasco y un servidor, estamos publicando en este periódico y siendo, el asunto en cuestión, un tema de índole religioso, al momento me puse en contacto con él, ya que como experto en cementerios, iglesias, curas, santos, vírgenes y beatas, habidos en Melilla en todos los tiempos, nos pusimos a la tarea, resultando que ese Obispo Mitrado fue uno de los religiosos que encarceló Fernando VII. Según la Real Academia de la Historia, el 27.07.1818, este obispo, siendo un fiel realista, fue propuesto por Fernando VII para ocupar el Obispado de Nuestra Señora de La Paz, en el Alto Perú, en Bolivia, en pleno auge independentista de ese territorio. Años más tarde, en mayo de 1827, cumplidos los 65 años, fue destinado a Alcalá la Real, Jaén tomando, con gran recibimiento, posesión de su nombramiento como Obispo; pero sus tendencias ultrarrealistas hicieron que tuviera roces con el Ayuntamiento y que en 1835, por su apoyo (sic) a los carlistas, fuera desterrado a Melilla durante tres años, sufriendo el ostracismo por muy poco tiempo. Este religioso tuvo mejor suerte que José Mª de Calatrava, que fuera diputado de las Cortes de Cádiz, de Manuel Pérez Sobrino, y de Francisco Sánchez Barbero: liberales opuestos a aquél “rey felón”, que cumplieron penas en el presidio de nuestra ciudad. Como anécdota histórica, en su reclusión, Sánchez Barbero, en unos versos de un largo poema increpando a Ovidio por su largo destierro, como el suyo, decía: “… Para escarmiento de poetas patrios / Tan viles como tú, yo te mandara, / Publio Nasón, con triplicados hierros, / atado el pié, desnuda la rodilla, / morar en el presidio de Melilla”. Y el desprecio que sentía hacia sus compañeros de infortunio, Melilla era para él era: “…Aquesta mansión de criminales”, o “…La negra siempre abominable mansión de las cadenas”.

Y para terminar deseo que esta “joyita” histórica, sirva para que los estudiosos de nuestra ciudad, tomen nota de una breve página desempolvada y esclarecida del antiguo libro, “Efemérides de Málaga y Provincia”, del que fuera Cronista Oficial de Málaga, Narciso Díaz de Escobar.

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