El 11 de junio de 2016 un ciudadano español fue interceptado en el Puerto de Melilla durante el transcurso de un control rutinario de los contenedores situados en la terminal.
La Guardia Civil se encontraba practicando registros cuando localizó, en el interior de un camión frigorífico de grandes dimensiones, un total de 305,474 Kilogramos de hachís, valorados en cerca de medio millón de euros. El camión tenía previsto viajar a Málaga, si bien no fue interceptado en el control de embarque, sino antes.
Dada la gran cantidad de droga incautada, el Ministerio Fiscal interesó para el acusado la imposición de una pena de 4 años de prisión y 970.000 euros de multa.
El acusado, responsable del transporte, reconoció los hechos, lo que suscitó una rebaja de la pena, que finalmente quedó en 3 años y 5 meses, más el pago de una multa de 485.000 euros.
En caso de no pagar la multa (el acusado se declaró insolvente), se transformaría en un mes más de prisión.
