El duelo tuvo poca historia, con un conjunto azulón que se mostró muy superior y que logró uno de sus triunfos más cómodos de la presente campaña. El Melilla Baloncesto encadenó ayer su segunda victoria consecutiva, tras imponerse de forma contundente al ZTE Real Canoe, tomándose cumplida revancha de la derrota cosechada ante este mismo rival en la primera vuelta. El duelo tuvo poca historia, con un conjunto azulón que se mostró muy superior y que logró uno de sus triunfos más cómodos de la presente temporada.
Lo cierto es que, y pese a que el choque arrancaba con una canasta del visitante Gabriel, fue un auténtico monólogo de los de Alejandro Alcoba, quienes solo encontraron resistencia en los primeros cinco minutos. Pasado este espacio de tiempo, los melillenses pusieron una marcha más y, con un gran trabajo defensivo y con mucho acierto de cara al aro, fueron marchándose paulatinamente en el electrónico. Así, el decano abría una importante brecha de hasta dieciocho puntos (26-8), tras firmar un tremendo parcial de 14-0. Olaizola cerraba el cuarto con un tiro en suspensión convertido, que situaba el 26-10 con el que concluía este primer cuarto. En la faceta anotadora, Zyle y Urtasun fueron los referentes en ataque de los locales, con 9 y 8 puntos, respectivamente.
El segundo acto se iniciaba tal y como había acabado el anterior, es decir, con dominio total de los azulones, que lograrían establecer su máxima ventaja del encuentro hasta ese momento en la recta final de este cuarto, +22, con una canasta de Jesse Chuku que colocaba en el marcador un contundente 43-21. De nuevo, serían los madrileños los que anotarían la última canasta, esta vez sería Ander Martínez el autor de la misma. Por tanto, con 43-23 se irían los equipos al intermedio.
Tras el paso por los vestuarios, los jugadores del Real Canoe parecieron salir más enchufados y empezaron a poner en aprietos a los de Alejandro Alcoba, que, aun así, seguían mandando con claridad en el luminoso (51-33) al alcanzarse el minuto 5 de este tercer periodo. En este instante, los madrileños firmaban un 0-9 de parcial y metían el miedo en el cuerpo de los jugadores del Melilla Baloncesto (51-42), con Jugovic como principal peligro del cuadro capitalino. El entrenador del decano se vio obligado, con tres minutos todavía por disputarse, a solicitar un tiempo muerto para cortar el buen momento de su rival. Y bien que lo logró, ya que los locales volverían a poner las cosas en su sitio con un parcial de 9-3, por lo que al término de este acto se llegaba con un tranquilizador 60-45 en el electrónico.
La oportunidad para los de Miguel Ángel Aranzábal de meterse en la contienda había pasado ya irremediablemente y los melillenses en el último cuarto fueron un auténtico rodillo, llegando a contar con una renta de 27 puntos (77-50), justo al ecuador de este periodo. De aquí a la conclusión, los madrileños trataron de maquillar un poco el resultado final. Alcoba, por su parte, pudo dar algunos segundos a Erik Kalinicenko, jugador del CAM Enrique Soler, que fue, precisamente, quien cerró el partido con un triple (82-59).
