La ministra de Sanidad, Consumo y Bienestar Social, María Luisa Carcedo, afirmó ayer que “la presión” asistencial que provocan pacientes procedentes de Marruecos en la sanidad pública de Melilla es de alrededor del 8%, según las estadísticas, lo que es “una cuantía digerible”. En cualquier caso, avanzó que se van a introducir nuevos mecanismos de control más precisos, como el control a través de la huella digital y del iris.
Estos nuevos sistemas se añadirán a los que ya hay en la actualidad, según explicó la ministra durante su visita a Melilla cuando fue preguntada por la presión asistencial que sufren los servicios sanitarios de nuestra ciudad por parte de ciudadanos del país vecino, como se han venido quejando algunos sindicatos de profesionales de la Sanidad.
Carcedo señaló al respecto que la presión es “digerible” y que tampoco afecta a las listas de espera que hay en la ciudad para recibir asistencia sanitaria, ya que son menores que en otras comunidades autónomas. Por ello, felicitó a los gestores del Instituto Nacional de Gestión Sanitaria (Ingesa), organismo dependiente de su Ministerio.
No obstante, dio a conocer la implantación de esos nuevos sistemas de control, aunque apuntó que “cuestión diferente” es la negociación que se establece desde la Unión Europea y los acuerdos bilaterales de España con el Reino de Marruecos sobre controles transfronterizos y del flujo de población, “que eso va a otros niveles, no a nivel de control sanitario”.
