El PSOE quería salir bien guapo en la foto del hospital, aunque su mala gestión en el tema del hospital sea, realmente, para enmarcar Estamos asistiendo estos días a una vergonzosa pugna política entre PP y PSOE por arrogarse los méritos de las obras del hospital. Esto no es nuevo, llevan ya mucho tiempo haciéndolo, pero esta semana ambos partidos han intensificado ese esfuerzo por dejar claro que si alguien debe llevarse las medallas son ellos, aunque la mayoría de los melillenses pensemos que en realidad lo que ha pasado con el hospital merece que se le ponga un monumento a la ineficacia. Para que nuestros políticos, no olviden cómo no se deben gestionar los intereses generales de los ciudadanos, y especialmente los socialistas, cuya labor administrativa en las adjudicaciones del hospital terminó con dos condenas judiciales.
Si el papeleo se hubiera hecho bien desde el principio, muy probablemente no se habría tenido que paralizar la obra, una situación que se ha prolongado seis años y medio porque la Justicia es lenta. Parece que Gloria Rojas eso no lo sabe, porque hace unos días se atrevió a ironizar con que el PP ha tardado en “desliar el lío” burocrático del hospital el mismo tiempo que permaneció en el Gobierno. Parece mentira que tenga ganas de hacer bromas con este tema, porque es una triste guasa que los melillenses hayamos tenido que padecer un pequeño y obsoleto Hospital Comarcal mientras las obras del nuevo estaban paradas por el calvario administrativo y judicial provocado por el anterior Gobierno socialista en el proceso de adjudicación.
Desde su misma génesis, este proyecto tan ilusionante para una Melilla necesitada de buenas infraestructuras sanitarias ha sido un completo desastre. Una obra que Zapatero prometió en 2006, para empezarla en 2007, y que no puso su primera piedra hasta noviembre de 2009, casi cuatro años después de haberla anunciado. Entonces dijo la ministra Trinidad Jiménez que las obras estarían terminadas en 2012. Se equivocó por diez años, porque no será hasta la segunda mitad de 2022 cuando eso ocurra, según lo que ha dicho esta semana otra ministra, María Luisa Carcedo.
Se cumplen 13 años desde la primera vez que se empezó a ilusionar a los melillenses con un hospital nuevo, amplio y moderno, pero la realidad es que seguimos sin él porque las obras empezaron tarde y mal y encima fueron paralizadas cuando se encontraban en mitad del recorrido, sin posibilidad de reanudarlas por imperativo judicial. Varias han sido las sentencias que se han emitido en este tiempo sobre el futuro Hospital Universitario, una de las cuales apuntaba a que el Gobierno de Zapatero, en el año 2009, adjudicó de manera irregular la dirección facultativa de la obra, un trámite que hubo que hacer de nuevo. Después llegó otra nueva sentencia de la Audiencia Nacional, por la cual se instaba a rescindir el contrato de la obra y hacer un nuevo proyecto para terminar la construcción.
Y después de todo esto, ¿el PSOE cree que es un buen momento para hacer política con el hospital y engañar con fechas para que parezca que ellos han reanudado las obras, como si los melillenses no hubiéramos visto cómo las máquinas volvían a trabajar en las obras a finales de 2018, más de medio año antes de que Pedro Sánchez llegara a La Moncloa? Parece que sí, que lo cree, porque busca de forma permanente un rédito político palpable en el hospital, como se ve en sus constantes declaraciones faltando a la verdad en este tema, obviando su torpeza gestora y exhibiéndose con una visita ministerial que nada nuevo aportaba, salvo una bonita foto para el recuerdo. Por eso, quizá, la delegada del Gobierno se quitó el casco de obra, a diferencia del resto de autoridades, incumpliendo las normas de la construcción. Claro, que ya lo había hecho antes, presentándose allí con tacones de aguja cuando para el resto de los presentes era “obligatorio” ir “con calzado antideslizante, sin tacón, con buena sujeción al pie y suela gorda, para evitar accidentes”. Está claro que el PSOE local quería salir bien guapo en la foto, aunque su mala gestión en el tema del hospital sea, realmente, para enmarcar.
