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El ministro de Exteriores Josep Borrell reconoce que sigue sin resolver el cierre de la aduana de Melilla que se mantiene desde el 1 de agosto

Los Reyes de España durante la cena de gala que les ofreció Mohamed VI

Los ministros de Exteriores de Marruecos y España, Nasser Bourita y Josep Borrell, se han reunido en Rabat con motivo de la visita de los Reyes. Borrell ha reconocido que las relaciones entre España y Marruecos "a veces se enfrían y otras veces son más afectuosas" pero como "en las mejores parejas". Preguntado sobre la aduana de Melilla, que Marruecos decidió cerrar, unilateralmente, el pasado 1 de agosto, el ministro ha señalado que el grupo de trabajo creado para resolverlo se ha reunido dos veces y espera que haya una tercera reunión y que se encuentre una solución. "Nosotros no damos el tema por resuelto y cerrado, lo seguimos planteando en ese grupo", ha dicho. Nasser Bourita y Josep Borrell han puesto en valor este jueves el modelo de cooperación de los dos países para gestionar las migraciones y han cargado contra quienes pretenden resolver la inmigración ilegal con medidas que se basan en "unilateralismo y egoísmo nacional", en palabras del ministro marroquí. "Hay que evitar soluciones unilaterales que simplemente tratan de enviar la pelota al tejado del vecino y allá se apañen", ha dicho Borrell.

Para Bourita, "a menudo Marruecos y España sufren decisiones que se toman en otros lugares sin consultar y tienen que actuar con responsabilidad". "El Mediterráneo nos pertenece a todos, o lo convertimos en una tumba o hacemos de él lo que se merece, un lugar de intercambio", ha dicho.

Ante los periodistas, Borrell ha afirmado que España y Marruecos están "convencidos de la necesidad de reforzar aún más" su cooperación en la gestión de las migraciones, "para dar respuestas más eficaces a retos como éste, que no son coyunturales".

Bourita ha exhibido los resultados de las acciones marroquíes. En 2018 el país abortó operaciones que habrían supuesto la marcha hacia Europa de 90.000 personas, y de otras 6.000 en lo que va de 2019. Marruecos, ha dicho, ha socorrido a 30.000 personas en el Mediterráneo y ha desmantelado 160 redes de migración clandestina, "el verdadero peligro". Las redes y no los migrantes, ha subrayado Bourita, "son los criminales". Además, ha precisado que el convenio de lucha contra la delincuencia firmado el miércoles por los dos ministros de Interior cubrirá este desafío.

Por su parte, Borrell ha descrito la inmigración como un problema "poliédrico" ante el que cabe la actitud de verlo como una "amenaza" y utilizarlo para "generar temor en la sociedad" o la de tratar de extraer los elementos positivos. "Eso implica pasar de una inmigración irregular y descontrolada a otra regular y programada", ha resumido.

El ministro ha reconocido que, con frecuencia, las imágenes que los europeos ven de la inmigración son de "descontrol", y por eso ha apostado por cambiar la inmigración irregular por migración regular y subrayar que los inmigrantes contribuyen al crecimiento económico de un país. Es el caso, ha dicho, de los 800.000 marroquíes que viven en España, integrados en la sociedad y un "buen ejemplo" de una "migración ordenada y positiva".

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Redacción

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