El temporal de levante que sufre Melilla obligó ayer a parar la planta desalinizadora, una medida que afecta al suministro de agua potable de prácticamente toda la ciudad desde ayer hasta, previsiblemente, esta mañana a primera hora, ya que esta infraestructura aporta la mitad del caudal. En una nota de prensa, la Consejería de Coordinación y Medio Ambiente informó de que la planta desalinizadora, dependiente de la Confederación Hidrográfica del Guadalquivir, se encuentra parada desde las 11.15 horas de ayer sin producir agua potable en ninguna de sus tres líneas hasta el momento. Esto se debe al fuerte oleaje de levante, que arrastra una gran cantidad de arena y de algas, las cuales colmatan los filtros de primera etapa y, en consecuencia, impiden la entrada de agua de mar.
Medio Ambiente recordó que la planta desalinizadora supone el 50% de la producción de agua potable de la ciudad y, como consecuencia de no contar con esa aportación, la Ciudad Autónoma ve “imprescindible” cortar el suministro en toda Melilla hasta las 7.00 horas de hoy.
En este punto, ha hecho un llamamiento a los melillenses para que reduzcan a lo mínimo necesario el consumo, ya que se prevé que la situación no volverá a la normalidad hasta mañana lunes, aunque los responsables de la planta esperaban ayer que se pudiera recuperar en la madrugada de hoy al menos una de las tres líneas de producción.
En cualquier caso, la Administración local señaló que la mayoría de los ciudadanos cuentan con depósitos de suficiente capacidad y no notarán este corte en el suministro.
También recordó que el Barrio de la Victoria y parte de la Carretera de Farhana cuentan con otro suministro y solo se verán parcialmente afectados por esta incidencia.
Competencia del Gobierno
La Ciudad Autónoma se ha desvinculado de la responsabilidad de este corte en el suministro, ya que tanto la planta desalinizadora como el Pantano de las Adelfas son operadas por la Confederación Hidrográfica del Guadalquivir, dependiente del Gobierno central.
La Consejería de Medio Ambiente recordó que la Ciudad Autónoma “solo es el cliente, que adquiere y abona el agua potable producida para, a su vez, distribuirla a los ciudadanos”.
