Con el problema de la desaladora, Quevedo dijo que la delegada estaba “de finde”, pero en realidad parece como si Sabrina Moh y el PSOE siempre estuvieran en ese estado, fuera de onda, cuando Melilla sufre problemas importantes “No esperaba tal falta de vergüenza política de Gloria Rojas. En vez de obligar a SU Delegada a dar cuenta de los problemas de SU Desaladora y porque no tiene agua SU pantano de emergencia, exige explicaciones a quienes sufrimos SUS errores. Mientras, la Delegada, de finde”. Este comentario lo publicó el domingo el consejero de Medio Ambiente, Manuel Ángel Quevedo, cuando Melilla estaba sufriendo una restricción de agua por la paralización de la desalinizadora. Y lo traemos a estas líneas porque es muy ilustrativo de lo que viene sucediendo en estos últimos meses, desde el cambio de Gobierno, cuando la Delegación del Gobierno pasó a manos de la socialista Sabrina Moh. Quevedo dice que la delegada estaba “de finde”, pero en realidad parece como si siempre estuviera en ese estado, fuera de onda, cuando Melilla sufre problemas importantes.
El último ejemplo es este, el de la desaladora. La Delegación del Gobierno no ha dado todavía ninguna explicación de lo que ha ocurrido, pese a ser una infraestructura suya, que da un servicio indispensable a la población como es el suministro de agua potable. Si no es por los comunicados de la Consejería de Medio Ambiente, que es víctima en este problema porque solo es la cliente que paga el agua que produce el Estado, los melillenses aún estaríamos preguntándonos qué pasa con el agua, que no sale de los grifos como siempre.
Otro caso muy claro lo hemos tenido con la aduana comercial. La delegada del Gobierno hace mutis por el foro cuando se le pregunta por este tema. Lo triste es que los periodistas hemos optado ya por no perder el tiempo planteando a Sabrina Moh preguntas que sabemos de antemano que no nos va a saber responder, porque la delegada ha demostrado ya no tener demasiada idea sobre esos temas, que son problemas importantes que afectan a muchos melillenses y a la economía de la ciudad, y que son competencia del Gobierno al que ella representa aquí en Melilla. Triste, pero cierto.
Como cierto es que la delegada del Gobierno dé por buenos los datos del último balance de criminalidad, en el que Melilla subía más de un 15% los delitos, porque las infracciones que han subido no son las graves. Parece que tenemos que darnos por satisfechos los melillenses porque han bajado los asesinatos, y también algo los robos. Pues menos mal. Si este enorme incremento de la criminalidad en Melilla le pilla al PSOE en la oposición, seguramente no habría día en que no estuviera pidiendo explicaciones al Gobierno por estos malísimos datos de inseguridad que sufrimos los melillenses, como hacía en tiempos de Abdelmalik El Barkani en la Delegación con subidas mucho más pequeñas que esta. Entonces los socialistas aprovechaban su crítica para pedir 600 agentes más. Ahora que podría traerlos porque está en el Gobierno, ni se acuerda. Como el PSOE ya no critica el aumento de la criminalidad, a lo mejor piensa que para qué va a traer más a agentes, si han bajado los asesinatos, ¿verdad?
