Son muchas cuestiones las que nos unen a Melilla, Ceuta y Andalucía, autonomías vecinas y que ahora, sin lugar a dudas, están más cerca con este cambio político en la Junta. Es necesario recuperar el tiempo perdido y empezar a tender puentes entre autonomías para ir de la mano hacia la reivindicación de soluciones de problemas comunes Las relaciones históricas que Ceuta y Melilla mantienen con Andalucía son innegables, aunque durante los últimos años los anteriores gobernantes de nuestra vecina comunidad autónoma se hayan empeñado desde la otra orilla en dar la espalda a las dos Ciudades Autónomas, como ayer recordó Imbroda. Ejemplos hay varios, uno de los más palpables y recientes es la especie de chantaje universitario que pretendía el anterior gobierno de Susana Díaz para intentar conseguir del gobierno de Rajoy más fondos a costa del Campus de la Universidad de Granada en Melilla. Aquello ya es agua pasada y el sabio refranero dice que no mueve molinos, pero eso no quiere decir que haya que olvidar, habida cuenta del perjuicio que se ocasionó a la legítima aspiración que en Melilla tenemos de avanzar en nuestro desarrollo universitario.
Hoy, afortunadamente, corren otros tiempos en Andalucía, que hoy celebra su día autonómico, el 28 de febrero, el primero en casi cuatro décadas con otro color político. Una realidad que le acerca a estas dos ciudades españolas del norte de África, que hay que recordar que antaño formaron parte de su territorio, por la intención del nuevo presidente andaluz, Juan Manuel Moreno, de mantener unas estrechas relaciones entre la Junta de Andalucía y las dos Ciudades Autónomas. Así lo anunció en el discurso de su toma de posesión, el más importante y cuando todos los focos estaban sobre él, lo que dice mucho de sus buenas intenciones hacia Ceuta y Melilla. Y para constatarlo, aseguró que sus primeros viajes como presidente andaluz sería a estas dos ciudades. Dicho y hecho, porque ya tiene fecha para ir a Ceuta, la próxima semana, y “en breve” hará lo propio a Melilla, en cuanto las agendas políticas lo permitan.
Estos primeros viajes de Andalucía a Ceuta y Melilla tienen mucha simbología, pero también una gran importancia por el respaldo que representan de una de las principales autonomías españolas a dos ciudades que nunca están sobradas de apoyo institucional. Además, no es baladí que ese respaldo provenga de nuestra comunidad vecina, con la que estamos tan conectadas vía aérea y marítima, y a partir del 1 de mayo mucho más, cuando empiecen a funcionar de nuevo las conexiones aéreas con Sevilla, Almería y Granada, recuperadas mediante servicio público. No hay que olvidar que de Andalucía dependen servicios fundamentales para los melillenses, como los transportes, por ejemplo, y especialmente el marítimo, ya que los puertos a los que llegamos en barco son competencia de la JUnta de Andalucía. Otro ejemplo, además de la Universidad, lo tenemos en el aspecto sanitario, ya que no son pocos los melillenses que tienen que ser derivados a hospitales andaluces para seguir tratamientos que aquí no tenemos aunque nuestra sanidad pública dependa del Estado. La que recibimos en Andalucía depende de la Junta, muy criticada en su gestión sanitaria por la falta de recursos, la saturación y las listas de espera. La Administración de Justicia de Melilla también está vinculada al Tribunal Superior de Justicia de Andalucía, el TSJA.
Son, en definitiva, muchas cuestiones las que nos unen a Melilla, Ceuta y Andalucía, autonomías vecinas y que ahora, sin lugar a dudas, están más cerca con este cambio político en la Junta. Es necesario recuperar el tiempo perdido y empezar a tender puentes entre autonomías para ir de la mano hacia la reivindicación de soluciones de problemas comunes, como por ejemplo, la presión migratoria de los menores extranjeros no acompañados. Veremos si hay intención de ello cuando el nuevo presidente andaluz venga a Melilla. Mientras ese día llega, desde estas líneas deseamos un feliz día de Andalucía.
