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Solicitan 3.000 euros por poner cadenas, candados y cortar la luz de una mezquita del Monte María Cristina

La Asociación de Vecinos Mar del Norte, en el Monte Mª Cristina

Los hechos ocurren el 15 de noviembre de 2017 en la calle Canteras del Carmen, en el Monte de María Cristina, cuando el presunto dueño del local decide poner cadenas y tres candados además de cortar la luz en la mezquita. El acusado aseguró en el juicio que ese sitio se construyó como Asociación de Vecinos Mar del Norte y decidió cerrarlo porque “estaba harto de los grupos que se reunían allí hasta las cuatro de la mañana”. También, contó que dejó que algunos vecinos rezaran en la Asociación por un problema con el Imán de la otra mezquita, a 200 metros más arriba. La acusación particular solicita para el acusado por un delito contra los sentimientos religiosos una multa de 2.400 euros y otra de 600 euros por un delito leve de daños en el local. A preguntas del fiscal, el acusado explicó que el 15 de noviembre de 2017 no empujó la puerta ni la forzó, pero puso cadenas y cortó la luz porque era el dueño de la Asociación de Vecinos. Además, dejó claro que siempre fue una Asociación y no una mezquita.
“Desde el año 1995 se construyó como AV con el Ayuntamiento, el terreno es del Estado pero la construcción es nuestra”, dijo.

Asimismo, el investigado señaló que cerró el local porque estaba harto de los grupos que se quedaban hasta las tres o cuatro de la mañana y “había gente muy rara de barrios de todos los sitios”. “Dejamos que rezaran allí porque tuvieron un conflicto en la mezquita que está más arriba”, expuso.

En cuanto a si pidió dinero para que fuera mezquita, respondió que no, solo ha recibido las subvenciones que le tocaban por parte de la Ciudad como AV.

A preguntas de la defensa, expresó que la Asociación Mar del Norte lleva desde 2010 con vecinos tantos musulmanes como cristianos y tenía un arrendamiento con el constructor del edificio.
“Teníamos salón de juegos, celebraban la Virgen del Carmen, el Ramadán y hasta ludoteca donde los niños venían a estudiar”, indicó.

Sobre si tenían sala de rezo, el acusado señaló que “se permitía el rezo en el salón por ese conflicto que tenían en la otra mezquita”.

Uno de los testigos, expuso que le informaron de que había cerrado la mezquita con cadenas y cuando se personó estaba cerrada. Además, dijo que puso una denuncia en el Juzgado pidiendo que se abriera al ser un lugar de rezo y “restaurar un derecho”.

También, expresó que tenían papeles como mezquita desde el 2011-2012, y un juez fue el que ordenó de nuevo que se abriera y cuando se hizo, “habían robado mobiliario”. A preguntas de la defensa, respondió que el local llevaba seis años siendo lugar de culto.

Otro de los testigos, remarcó que terminó como AV y pasó a ser una mezquita. “El acusado se presentó, rompió la cerradura, puso una cadena con tres candados y dijo que era su local”, expuso.

Además, indicó que cuando volvió a abrirse habían robado mobiliario y la fachada tenía daños.

Otro de los testigos, explicó en el juicio que el acusado se presentó en el local y llamaron al responsable de la mezquita porque dijo que le había cerrado al pedir dinero y no dárselo.
“Cerró con candado, le impidió el rezo hasta su padre pero desde 2011 era una mezquita porque antes solo se usaba para vender alcohol y drogas”, dijo.

El último de los testigos y constructor del edificio, resaltó que no se acordaba de haber firmado un papel de arrendamiento que le permitía el uso como Asociación de Vecinos Mar del Norte.
“No recuerdo haber firmado nada, yo a veces iba a rezar y sé que mi padre hizo obras pero no soy el propietario”, concluyó.

“Es un hecho grave impedir el rezo”
La Fiscalía para este caso solicitó el sobreseimiento del procedimiento judicial por falta de pruebas pero la acusación particular dejó claro que es “un hecho grave impedir el rezo porque lo que hace el acusado es impedir a los feligreses el culto”. Además, expuso que el investigado forzó la puerta, rompe la cerradura y pone unas cadenas con tres candados.

Asimismo, el letrado expuso que el investigado “entregó documentos falsos para seguir cobrando las subvenciones de la Ciudad Autónoma a pesar de que ya no era una Asociación de Vecinos”.

La defensa, por su parte, solicitó para su defendido una sentencia absolutoria porque el juicio se basa en cuestionar si se trataba de una Asociación de Vecinos o una mezquita para los vecinos, porque “se hizo mezquita para unas personas que echaron de la otra y si eso era una mezquita pedimos que se acredite”.

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Redacción

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