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Marlaska anuncia la retirada de la sirga que Zapatero instaló en la valla en 2006

Grande-Marlaska insistió en que “las fronteras, para ser seguras, no tienen que utilizar medios cruentos, necesariamente, y menos en el siglo XXI”

El ministro del Interior, Fernando Grande-Marlaska, anunció ayer que en la valla fronteriza de Melilla, además de retirar las concertinas y elevar la altura en las zonas vulnerables, como ya avanzó en Ceuta la semana pasada, también eliminará la sirga tridimensional, instalada por el Gobierno de Zapatero en 2006. Con esta medida, se pondrá fin a una de las medidas que adoptó aquel Gobierno socialista para tratar de poner fin a la primera crisis de las vallas que sufrió Melilla en 2005, junto con la elevación de la altura del perímetro de 3 a 6 metros, que supuso la instalación de un entramado de cables de acero en la zona intermedia del perímetro fronterizo. Grande-Marlaska se refirió a la sirga tridimensional como “algo típico de la valla perimetral de Melilla”, y su eliminación se encuentra entre las modificaciones que el Ministerio del Interior quiere llevar a cabo este mismo año en el perímetro para conseguir una frontera más segura, “pero también más humana”. “No son conceptos absolutamente antagónicos, sino que deben estar íntimamente unidos”, defendió Grande-Marlaska en su primera visita a Melilla como ministro del Interior.
Entre otros detalles, Interior aclaró que en las zonas del vallado por las que se han producido más entradas, y que están por lo tanto más deterioradas, se incrementará la altura hasta un 30 por ciento -alcanzando los 10 metros de altura- y se añadirán nuevas barreras físicas que impidan trepar, reduciendo el riesgo de caídas y otro tipo de heridas. En la misma línea, se sustituirán las concertinas por una nueva corona del vallado que garantizará la seguridad de forma no cruenta.
Estas obras comenzarán una vez que la sociedad estatal Ingeniería de Sistemas para la Defensa de España (Isdefe) ha presentado al Ministerio del Interior un estudio pormenorizado en el que, tras un diagnóstico de la situación de las infraestructuras fronteriza, se hace una propuesta de solución técnica.
Grande-Marlaska insistió en que “las fronteras, para ser seguras, no tienen que utilizar medios cruentos, necesariamente, y menos en el siglo XXI, que es el siglo de las tecnologías y del avance”.

Cámaras y fibra óptica
En este sentido, avanzó que la valla se modernizará con una mejora del circuito cerrado de televisión actual para que tenga una mejor comunicación con el centro de control y mando y desde éste “se pueda tener una observación perfecta” de lo que ocurre en el perímetro mediante cámaras de grabación y cámaras térmicas con avisadores de presencia física.
Para este proyecto, que se encuentra ya en fase de ejecución, es necesario realizar una obra de la fibra óptica que permita la transmisión de las imágenes, apuntó el ministro tras defender estos métodos para dar seguridad a la Guardia Civil y la Policía Nacional “para un control efectivo” de las fronteras.
“Esto es máxima seguridad y dar los medios adecuados a las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado para que puedan desarrollar su trabajo”, subrayó Grande-Marlaska para dejar claro que “se quitan unos elementos que son cruentos, porque entendemos que estamos en el siglo XXI y el principio de humanidad es importante, pero somos más seguros en ese sentido”.
Grande-Marlaska afirmó que con estas medidas se evitarán las entradas irregulares, ya que el Gobierno apuesta por una inmigración “legal, ordenada y segura” y “nunca la ilegal y menos la violenta”, como ha sucedido en las vallas, donde se han producido agresiones a agentes, algo que el Gobierno no admite, como “ya ha demostrado”.

Marruecos, “socio muy leal y muy fiable”
Estas obras, consideradas por Interior como “las más urgentes”, se desarrollarán en los próximos meses y “exigen la cooperación y la colaboración con las autoridades de Marruecos”, país al que el ministro calificó como “un socio muy leal y muy fiable” y “con una complicidad importante en la materia”.
En este punto, señaló que Marruecos, al igual que Europa, “está encarando una presión migratoria absolutamente relevante y le hace frente”, dado que de cada cinco inmigrantes subsaharianos que intentan llegar a Europa, “solo pasa uno” y el resto se quedan en los países de tránsito, como Argelia y “principalmente Marruecos”.
Durante su comparecencia, el titular de Interior dijo no tener constancia de las concertinas instaladas por Marruecos en una valla en su territorio, a pocos metros del perímetro fronterizo español, y recordó la soberanía de cada país para actuar en su territorio.

“Políticas cualitativas”
El ministro admitió el aumento “importante” de la inmigración en España en 2018, al igual que lo había hecho de forma “exponencial” en los años anteriores, y lo atribuyó al desvío de los flujos migratorios y las mafias que trafican con seres humanos hacia el Mediterráneo occidental por el cierre del Mediterráneo central.
Al hilo, destacó la bajada de entradas irregulares en el mes de febrero, aunque Grande-Marlaska aclaró que no le gustan “los temas cuantitativos” y opta por “políticas cualitativas” en este ámbito.
Así, destacó que en los últimos meses se han desarticulado “muchas mafias” y se ha reforzado la colaboración con países como Marruecos, Senegal y Mauritania, haciendo un control de los flujos migratorios “en términos de seguridad y de humanidad, intentando invertir más en la cooperación al desarrollo con los países de origen y tránsito”.
El ministro recordó que África está situada a 14 kilómetros de España, y desde allí miran “un mundo donde la renta per cápita es 20 veces superior”, por lo que cree que Europa tiene que ser “más consciente” de esa necesidad de invertir en desarrollo, teniendo en cuenta que África duplicará en 2050 su población actual, que es de 1.300 millones de habitantes.

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Redacción

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