El Ministerio del Interior instalará este año controles faciales en la frontera entre España y Marruecos en Melilla para tratar de agilizar el tránsito de personas, que supera diariamente los 30.000 peatones y los 5.000 vehículos, logrando una mayor fluidez y rapidez en el paso, además de más seguridad. El ministro del Interior, Fernando Grande-Marlaska, anunció esta medida en su primera visita oficial a Melilla desde que tomó posesión del cargo, y explicó que estos controles faciales funcionarán mediante unas bases de datos que se establecerán para los usuarios frecuentes de la frontera, que pueden ser alrededor de 10.000. “Esto ayudará a que haya menos colas”, defendió el ministro antes de apuntar que estos controles faciales, enmarcados en el objetivo de tener una “frontera inteligente” en Melilla dentro de tres o cuatro años, se suman a otras medidas adoptadas en los últimos meses, como el embolsamiento de vehículos, la apertura de más carriles o la ampliación del horario del paso de Farhana una hora más.
En rueda de prensa, Grande-Marlaska dijo que el Gobierno se ha propuesto conseguir “una frontera más segura” y dotarla de “una inversión más oportuna” para facilitar el trabajo de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado no solo en lo referido al control, sino también en el objetivo de prestar un mejor servicio a los ciudadanos.
“Sin inversión desde 2005”
Admitió que el volumen de tránsito diario de los pasos fronterizos de Melilla requiere una infraestructura y una logística importantes que puedan facilitar el trabajo de la Policía y la Guardia Civil, si bien lamentó que “desde 2005 no había ningún tipo de inversión en el perímetro y en el puesto fronterizo”.
En este sentido, recordó que el Consejo de Ministros aprobó el 18 de enero la remodelación del puesto fronterizo y del perímetro”, con la puesta en marcha de medias a corto plazo, que se ejecutarán este mismo año, y otras a medio plazo, que serán materializadas en un periodo de entre 36 y 48 meses.
Fernando Grande-Marlaska admitió que “las circunstancias concretas de ser una ciudad frontera” provocan que Melilla no sea “el sitio más fácil” para las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado, ya que conlleva “muchos más trabajos y necesidades de actuación”, por lo que ha agradecido la implicación de sus efectivos.
Imbroda le pide más agentes
En este punto, señaló que el presidente de Melilla, Juan José Imbroda, le pidió en la reunión que mantuvieron minutos antes que se refuercen las plantillas de la Policía y la Guardia Civil en nuestra ciudad, si bien el ministro dijo que esto es “una constante” en todos los dirigentes autonómicos por la reducción de 12.000 efectivos en los últimos años.
Señaló que en 2011 el gasto en seguridad era del 0,63 % del Producto Interior Bruto (PIB), que se redujo al 0,51 % en junio de 2018, si bien el Gobierno está invirtiendo porque, según Grande-Marlaska, es consciente de que “el gasto en seguridad es un gasto social también”.
En este punto, dijo que en Melilla se ha incrementado el número de agentes, aunque sea “poco”, aunque “está en trámite que sea todavía mayor”, y confió en que dentro de poco se pueda aprobar una Oferta Pública de Empleo, en la que las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado tendrán una tasa de reposición del 115 %, superior al resto de la función pública, que es del 107 %.
También destacó la puesta a disposición de más medios para ambos cuerpos y la dotación del servicio de vigilancia aérea mediante el helicóptero, que antes “cubría la zona de seguridad de Melilla una semana aquí y otra en Ceuta, y ahora es permanente”.
