“Melilla carece prácticamente de tejido industrial y la mayor parte de sus 3.400 empresas son microempresas, mayoritariamente inscritas como persona física, muchas de las cuales centran sus ingresos en contratos y servicios con la propia Ciudad Autónoma. Si Melilla quiere diseñar su futuro, debe subirse al carro de las nuevas tecnologías, no solamente las llamadas TICs, sino también otras como la telefonía 5G, que ya está entre nosotros aunque estamos lejos de conocer su verdadero potencial” "Algo puede suceder si primero has determinado que es posible que suceda"
"Creo que es posible para la gente normal elegir ser extraordinaria"
(Elon Musk, multimillonario, dueño de Tesla y SpaceX, y emprendedor visionario)
Lalín es una pequeña localidad gallega, con algo más de 200.000 habitantes, que trabaja desde hace unos años para convertirse en una ciudad inteligente. El Ayuntamiento ha elaborado un plan de smart city, con un fondo 960.000 euros de la estrategia DUSI 'Lalín Ssuma', cofinanciado con fondos FEDER en un 80 %. Entre las iniciativas que están en marcha está proporcionar redes wifi abiertas a los ciudadanos en los edificios municipales, la implementación de una plataforma de control de la ciudad y un sistema de pantallas de información y control en diferentes puntos geográficos del casco urbano y en los barrios, que brindarán información de interés para los ciudadanos y asistencia para el tráfico y el estacionamiento. Se trata de concienciar a la ciudadanía para desarrollar una mentalización y un interés de la gente por planificar su futuro.
Daniel Innerarity es catedrático de Filosofía y Política Social y director del Instituto de Gobernanza Democrática. Tiene casi todos los premios posibles sobre ensayo y el premio Príncipe de Viana de la Cultura. Se trata muy probablemente de una de las mejores cabezas con las que cuenta España. La revista francesa 'Le Nouvel Observateur' le incluyó en una lista de los 25 grandes pensadores del mundo. Entre los muchos libros publicados tiene uno que me gusta particularmente: 'El futuro y sus enemigos'. En este libro se destaca que la transformación que las sociedades necesitan imperiosamente vendrá de una visión compartida que considere el futuro como su espacio más interesante de acción. Los partidos políticos no están afrontando los complejos desafíos que el fulgurante desarrollo tecnológico plantea. Las sociedades, pequeñas y grandes, necesitan abrirse hacia el horizonte más ambicioso del medio y largo plazo. Para ello es necesario concienciar a los ciudadanos para que pasen a ocupar un rol activo en su futuro. Para que una ciudad sea 'smart' tiene que tener 'smart citizens'.
¿Qué es una smart city? Es la combinación de personas, tecnología y creatividad para hacer más sostenible y eficiente cualquier ciudad del mundo, pequeña o grande. Las smart cities dotan a los ciudadanos de herramientas para debatir y planificar su futuro. Es muy importante la inclusión de todos los ciudadanos y fomentar la especialización de una ciudad en algún aspecto concreto. Por ejemplo, tenemos la ciudad de Brno, en la República Checa, especializada en microscopia electrónica, o la ciudad finlandesa de Lappeenranta, especializada en energía verde. Un elemento esencial en el desarrollo de las smart cities es dotar a la ciudad de tecnología asequible, como acceso a Internet, sensores, Big Data, reconocimiento facial, smart-grids (redes inteligentes de gestión) o el desarrollo del Internet de las Cosas. Otro elemento clave es la adaptación de la ciudad al medio ambiente y a lo imprevisible de la naturaleza.
Cualquier ciudad, independientemente de su tamaño, riqueza o región, puede ser inteligente: se trata de tener una estrategia y utilizar la tecnología para proporcionar nuevos servicios a la ciudad. Hay que señalar que no existe un marco común de referencia y en muchos casos las estrategias de smart city son parciales. Un informe de la consultora Roland Berger, titulado 'El desarrollo de la smart city', analiza la estrategia de smart city en 87 ciudades y muestra que las ciudades con mejor puntuación son muy diversas en lo que respecta a riqueza, tamaño o región. No se trata de ser rico o grande, se trata de ser inteligente, según destaca la consultora.
España ha puesto en marcha el llamado Plan Nacional de Ciudades Inteligentes, dotado con 188 millones de euros. El mercado del Internet de las Cosas (IoT), como uno de los habilitadores para el desarrollo de las ciudades inteligentes, alcanzará un valor estimado de más de 23.000 millones de euros en el año 2020, según un estudio de IDC. En ese año, el mercado mundial de las smart cities alcanzará un valor aproximado de 1,5 billones de dólares, según una estimación de Frost & Sullivan.
Melilla es una ciudad en una difícil encrucijada, tiene una renta per cápita de 17.495 euros, lo que la coloca como la segunda región más pobre de España. Pero es que, además, se ha producido una caída de nada menos que del 16,5 % en este indicador, según datos publicados en 'MELILLA HOY'. Alberga una población de 86.000 habitantes, pero solo el 46 % de la población censada es originaria de la Península Ibérica. Otro 44 % de los melillenses son musulmanes, en su gran mayoría de origen rifeño. Hay una pequeña comunidad judía, otra proveniente de la India, y otra comunidad china que crece con fuerza. Además, hay una población flotante de entre 10.000 y 30.000 personas. Recibe cada día una enorme población que viene a comerciar o a trabajar. La mayor parte de la población activa son funcionarios del Estado español y de la Ciudad Autónoma, con una importante presencia de Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado y del Ejército.
Melilla carece prácticamente de tejido industrial y la mayor parte de sus 3.400 empresas son microempresas, mayoritariamente inscritas como persona física, muchas de las cuales centran sus ingresos en contratos y servicios con la propia Ciudad Autónoma.
Si Melilla quiere diseñar su futuro, debe subirse al carro de las nuevas tecnologías, no solamente las llamadas TICs, sino también otras como la telefonía 5G, que ya está entre nosotros aunque estamos lejos de conocer su verdadero potencial. Tenemos también tecnologías como Impresión 3D, Inteligencia Artificial, Realidad Virtual y Aumentada, etc., que ofrecen oportunidades de reconvertir la situación de Melilla en unos pocos años si se adoptan decididamente una serie de estrategias coordinadas, muchas de las cuales no requieren ingentes inversiones, sino una visión clara y una política decidida.
Disponemos de elementos de gran importancia, como es esta publicación hegemónica ('Melilla Hoy') y su versión web. Los medios de comunicación son esenciales como dinamizadores del debate y su capacidad para mover la opinión pública. Otros elementos importantes son la Sociedad para el Desarrollo SODE y el Centro Tecnológico, inaugurado no hace mucho.
Toda esta estrategia podría ser una oportunidad para catapultar Melilla como un ejemplo y un polo de atracción para todo el Norte de África e incluso Europa. No es un sueño: en unos pocos años se podría hacer de Melilla una smart city y una 'start-up city' con proyección internacional.
Entre los activos de Melilla está su multiculturalidad, con una experiencia de siglos. En la nueva sociedad global, esta diversidad y su capacidad de convivencia es un activo de extraordinaria importancia.
Por otra parte, África se prepara para un gran salto adelante. El prestigioso semanario 'The Economist', en su último número, destaca que hay una nueva lucha por África. Para el año 2025 la ONU predice que habrá más africanos que chinos. Un dato: de 2010 a 2016, se abrieron más de 320 embajadas en África. La situación geográfica de Melilla en el norte de África es una baza geopolítica de extraordinaria importancia.
Pongámonos en marcha.
(Miguel Ormaetxea es un periodista especializado en economía y tecnología, y consultor en transición digital de medios de comunicación)
