En España se dice: “Es de bien nacido, ser agradecido”; pero mucha gente, por desgracia, no saben o no quieren, ser agradecidos. También se emplea para referirse a: “Año de gracia”, “tiro de gracia”, “acción de gracias”, “tener gracia”, “caer en gracia”, o en ocasiones: “¿Qué te debo?”, – nada, solo las gracias”.
Si alguien da las gracias cuando corresponde, es un gesto humano, que dice bien de la persona que lo hace. Por eso mismo, cuando tengamos algo que agradecer a aquél que hizo algo por ti, no hay nada mejor que recordárselo con algunas palabras sinceras de agradecimiento por haberte ayudado, porque la gratitud en silencio no sirve para nada, o sea que es de ojaneta.
Hay poca diferencia entre dar las gracias y mostrar nuestro agradecimiento con actitud manifiesta. Por ejemplo: Dar las gracias de palabra, es una respuesta espontánea, un convencionalismo social que por educación y cordialidad, es como si cerráramos el círculo; y mostrar agradecimiento, mediante una sonrisa, es la inspiración de que devuelves un favor o tengas un gesto de amabilidad y consideración con la persona que te ayudó.
Hay quienes cuando dan las “gracias”, te saben a pura hipocresía, son de esas personas que con solo oírlos, uno descubre que no hay detrás de ellos ni la más mínima intención de gratitud. Por eso, mostrar nuestro sincero agradecimiento, va mucho más allá de pronunciar la palabra mágica: “Gracias”, como mostrarle a la otra persona, que realmente valoramos, y apreciamos, lo que ha hecho por nosotros, o lo que nos ha ofrecido sin esperar nada a cambio.
Todo esto viene a cuento porque un buen amigo mio, hace algunos años, donó, cedió, contribuyó, facilitó, obsequió, o como queramos decir, para la publicación de un libro de historia militar, todo un listado de nombres de soldados muertos en los campos de batallas, que contadas personas, muy poquitas, poseían entonces. Pero él, siempre desprendido en sus dádivas, no le importó nada, porque sabía que era para una obra literaria; un libro de consultas, donde encontraríamos, sobre todo, la sensibilidad de la que se carece hoy en día, en muchos sectores de la población, como es la Gloria-Patria de nuestros soldados, que cayeron en los campos de batalla en defensa de nuestra ciudad, y de nuestra cultura europea. Otro amigo común, también aportó con cientos de relatos sobre los Héroes y Mártires, enterrados en La Purísima, para que ese libro excepcional, latiera con fuerza en nuestras FFAA, y muy particularmente, en los corazones de muchos melillenses. Claro que a éste le plagiaron una parte de uno de sus escritos, cosa que lo entristeció un poco porque se adjudicaron un dato que él reivindicaba con afán, desde hacía años, a una Institución, sin que este Organismo ni siquiera lo supiese, pero como su madre lo parió así de impasible, interpretó aquéllo con la frase de “Pelillos a la Mar”.
Y como aviso a algunos (sic) antiguos bañistas de la “Ensenada de los Galápagos”, “Boca del León”, “Piedra Ahogá” y “Agarraero”, como otros llegados desde esta otra orilla allende el mar, personajes de ojana, solemnemente con mi dedo corazón de la diestra mano enhiesto hacia el cielo azul, como nuestra bandera, les digo y subrayo: Que mientras me siga latiendo la “patata” que llevo encerrada en mi pecho como español, seguiré escribiendo sobre nuestros Héroes y Mártires, porque sé que duermen en el frio mármol el sueño inerte a los pies de la diosa Niké, ya que son los únicos, que desde sus tumbas silenciosas, noto su agradecimiento al presentarlos en estas páginas, que ellos siempre las llenan con su Martirio y Honor Patrio.
Y si a alguien no le agrada esta observación tan personal, sepa que me importa un ardite, que era una antigua moneda de escaso valor, ya que así suena mejor que si dijera, que me importa un carajo. Dice un proverbio chino que, “cuando bebas agua, recuerda siempre la fuente”, cosa que muchos escribidores ignoran.
