Unos 1.300 alumnos del colegio Enrique Soler contactaron ayer con la base Gabriel de Castilla de la Antártida a través de una videoconferencia en el Palacio de Congresos en la que los pequeños pudieron preguntar sus dudas a los militares y científicos destacados en Isla Decepción. El objetivo de esta actividad es concienciar a los menores para que vean otra realidad, otro entorno y que conozcan a las personas que dejan su tierra y a sus familias para trabajar en otro lugar durante un largo periodo de tiempo. Antonio Aguilar, maestro del Colegio Enrique Soler, explicó a este Diario que esta actividad se lleva realizando durante cinco años y que surgió como “algo casual” porque fue un ofrecimiento del sargento Garcés.
Para esta ocasión, destacó que era la primera vez que se desplazan fuera del colegio para participar en una mesa redonda en el Palacio de Congresos junto al general segundo jefe, Ángel González del Alba y dos integrantes de misiones anteriores.
Además, el Enrique Soler habilitó un canal de Youtube en el que los niños que los 900 niños que estaban en clase pudieran ver en directo lo que estaban haciendo.
“Tenemos un dispositivo técnico montado dentro de las limitaciones que tenemos al ser maestros, con varias cámaras y siendo dinámico para que los niños no se aburran”, expuso.
El docente manifestó que los pequeños les han hecho preguntas como cuántos años puede vivir una foca, cómo les llevan los suministros allí, cómo es el apoyo logístico, o qué tipo de plantas invasoras tienen.
El objetivo, detalló, que es concienciar a los menores para que vean otra realidad, otro entorno y que conozcan a las personas que dejan su tierra y a sus familias para trabajar en otro lugar. “Es una amplitud intentando que los niños vean eso como un reflejo de la vida misma”, dijo.
Aguilar agradeció a las autoridades su participación en este acto, a las personas que realizaron la mesa redonda, a las personas detrás de la pantalla y a los maestros del centro por el apoyo porque “todo lo que sea salir de las clases siempre es más costoso”.
Este programa, afirmó, que lo fomenta el Ejército de Tierra y que está abierto a todos los colegios. Por ello, siempre intentan hacerlo “más dinámico y cambiando el formato”.
En cuanto a la novedad de este año, el docente manifestó que el Enrique Soler ha apadrinado a 1.300 pingüinos para ayudar contra el Cáncer.
“Cada alumno tiene su pingüino, su diploma con sus apellidos y su nombre, estamos haciendo que sean sensibles no solo en el Medio Ambiente si no en el tema solidario, todo cabe en la Educación”, subrayó.
“Trabajamos mucho el tema del Medio Ambiente en el centro y es algo más que se añade en ese banco de contenidos, estoy muy feliz porque son cinco años y ya hay una trayectoria”, apuntó.
Sobre la importancia del Medio Ambiente para el Enrique Soler, Aguilar respondió que consideraron que “había que naturalizar el currículum, hablábamos solo de matemáticas o lengua y no realmente de la esencia humana: estar en un planeta porque no tenemos otro”.
En este asunto, sostuvo que realizaron un proyecto medioambiental, consiguieron una bandera y han ido inculcando al alumnado “ese sentimiento que pensamos que es vital porque estamos en un momento determinante para que el planeta salga adelante”.
