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Melilla conmemora el 244 aniversario del fin del asedio que durante cien días sufrió la ciudad a manos del sultán de Marruecos

El presidente, la delegada y el comandante general en el monolito
(Autor: Guerrero)

Con una corona de laureles en el monolito que recuerda a los defensores de Melilla del asedio de 1774-1775 y una misa de acción de gracias, la ciudad cumplió con la tradición establecida el 19 de marzo de 1775 cuando las tropas del sultán de Marruecos levantaron el cerco y desistieron en la conquista de la ciudad. 244 años después esta tradición se mantiene y la Ciudad Autónoma, como apuntó ayer el presidente Imbroda, rehabilita los fuertes del IV Recinto que fueron claves en la defensa, como un homenaje a los caídos. Como viene siendo tradicional, la jornada de celebración se inició con la colocación de una corona de laureles a los pies del monolito situado a la salida del túnel de la Florentina que recuerda al mariscal Juan Sherlock, el militar que condujo, junto con los habitantes de la ciudad, la defensa de Melilla durante los tres meses que duró el asedio por parte de las tropas del sultán de Marruecos y en el que perdieron la vida 115 melillenses.

El presidente de la Ciudad Autónoma, Juan José Imbroda, la delegada del Gobierno, Sabrina Moh y el comandante general, José Miguel de los Santos Granados, fueron los encargados de conducir el homenaje. El acto contó con el respaldo de los representantes del Ejecutivo local y central en la ciudad. La banda interpretó el himno de Melilla y el nacional.

Misa
Posteriormente, a las 12 de la mañana la iglesia arciprestal del Sagrado Corazón, que este año celebra el centenario de su inauguración, acogió la misa de acción de gracias con la que conmemorar, en el día de San José, el 244 del levantamiento del sitio de Melilla.

El encargado de oficiar la ceremonia fue el vicario Eugenio Resa, que recordó que el 19 de marzo es "un día importante para Melilla en el que recordar y agradecer, 244 años después, la liberación del cerco que sufrió durante cien días. Damos gracias a Dios y a San José por interceder". Indicó que San José, "un hombre bueno", fue una figura "decisiva en la vida de Cristo, un hombre sencillo que supo responder a la llamada de Dios, que tuvo que proteger a Jesús, y que ha sido un ejemplo para todos nosotros".

Recoger el testigo
El presidente de la Ciudad Autónoma, Juan José Imbroda, explicó que un año más Melilla celebra el fin del sitio que sufrió a manos de las tropas del sultán de Marruecos. Afirmó que "ni los cien días de sitio ni las ocho mil balas de cañón disparadas pudieron conquistar la ciudad".

Aseguró que "fueron los momentos más difíciles" que ha padecido Melilla en su historia y apostilló que la ciudad se salvó gracias al "sacrificio, a las vidas y a la heroicidad de muchos de sus defensores y hoy venimos a poner una corona al monolito del Mariscal Juan Sherlock al que comandó Carlos III la defensa de Melilla".

Según dijo, la corona envió numerosos refuerzos y pertrechos para repeler este asedio. 244 años después, "hoy estamos celebrando esta efeméride gozosa que representa que siga esta historia viva de España en Melilla tras esos momentos difíciles".

Imbroda detalló que los espacios más emblemáticos de este sitio se vivieron en el IV Recinto, con los fuertes del Rosario, Victoria Grande y Victoria Chica, fuerte de San Miguel y San Carlos. "Fueron cabecera de guerra, de combates y en la actualidad tenemos restaurado Victoria Grande y el Rosario, y tenemos ya en mesa de contratación el proyecto de Victoria Chica para que se rehabilite, se restaure y quede como estaba en 1775". Entiende que ese sería "un homenaje a los que perdieron su vida en defensa de España", razón también por la que la población acordó que se celebrara una misa de acción de gracias de forma perpetua por haber superado estos hechos.

Por ello considera que "todos los años la corporación debe de venir a hacer acto de gratitud a sus héroes con esta acción de gracias por aquel evento". Afirma que es "bueno seguir esta tradición, respetarla y seguirla". Lo único que se busca es tener "un recuerdo emotivo y entrañable de gratitud, en nombre de Melilla, a los defensores y a quienes perdieron su vida para que hoy tengamos esta realidad tan gozosa en la que vivimos".

El asedio
El 9 de diciembre de 1774 el sultán de Marruecos, Muley Mohamed Ben Abdal-Lah, al frente de 40.000 hombres, acompañado por sus hijos los príncipes Mulai Ali, Mulai Maimon y Mulai Abderrahaman y sus generales, sitiaba Melilla con el intento de asaltarla. Se rompía un tratado de paz y amistad firmado con España.

El cronista Francisco Mir Berlanga recoge en su Breve Historia de Melilla que la ciudad no estaba preparada para hacer frente a la fuerza y poderío del ejército del sultán. Por ese motivo el Rey Carlos III dio orden de llevar a la ciudad todo lo necesario, desde hombres a alimentos, armas y maquinaria defensiva.

Mientras la ayuda llegada, la ciudad inició su defensa con sus propios medios. Se aprovechó la llegada de un barco francés para evacuar a la población civil. Pero Melilla y la costa se vieron azotados por 21 días de levante que impidieron la llegada de la necesaria ayuda exterior.

El 29 de diciembre, con una leve mejoría del tiempo, llegaron 24 embarcaciones de transportes y otras de guerra. De esta forma la ciudad recibió cuanto precisaba para el largo asedio e incluso tuvo que devolver a Málaga parte de la mercancía por falta de espacio donde almacenarla. Durante cien días, la ciudad fue objeto de duros bombardeos y de escaramuzas por parte de las tropas invasoras, que fueron repelidas por los escasos habitantes de la ciudad, que tras la incorporación de refuerzos desde la península sumaba 3.251 almas.

El asedio se prolongó hasta la mañana del 19 de marzo de 1775, momento en el que el último de los estandartes del sultán desapareció de la vista de los melillenses, tras el levantamiento del campamento y la marcha de las tropas del rey marroquí. Según los historiadores, el sitio provocó en Melilla 509 heridos y 117 muertos, entre soldados y desterrados, una mujer y un niño.

Carlos III dictó que cada 19 de marzo se celebrara, con un oficio religioso, el fin del sitio en recuerdo a los defensores.

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J.A.M

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