Hojeando la hemeroteca de “El Telegrama del Rif”, me encuentro que en el número del 6.08.1913, se puede leer la noticia de la imposición de la Laureada de San Fernando, de 2ª clase, al Capitán Rodolfo Carpintier, del Bon. de Cazadores de Cataluña, en el que se recuerda “…la prohibición de toda arenga o alocución durante el acto”. También lo que el periodista José Ferrín (P. Pillo) escribía, en su columna, unos versos festivos dedicados a El Hassani (G.U. honorario): “Me explico que un guardia urbano/ eche a un perro morcilla/ me explico también que obliguen/ a vecinos y vecinas/ a que observen los preceptos/ que las ordenanzas dictan/ (…)/ A los que menores aguas/ hacen en cualquier esquina (que se mean)/(…) y hasta me explico que un pobre/ guardia se meta en camisa/ de once varas, abusando/ del sable y de las insignias/ (…) Pero le digo a usted guardia, que/ hay cosas más divertidas”.
Pues eso, y si me lo permiten, como siempre hay cosas divertidas como didácticas, es lo que yo aconsejaría a algunos historiadores con diplomas “colganderos” en paredes, buenos epígonos-seguidores con “carguillos” en asociaciones públicas de fieles, les digo: que si copian y pegan noticias de hace un siglo, como “baños de sangre” entre vecinos de antaño, creo que debieran omitir sus nombres y apellidos, calles con sus números, y a qué se dedicaban, en sus quehaceres diarios aquéllos, o aquéllas, protagonistas. Porque deben tener muy en cuenta que quizás, a lo mejor, en la actualidad haya familia por línea directa, de esas personas, que no les agrade para nada, leer lo ocurrido con alguno de sus familiares de hace más de un siglo. Quizás, pudiera ser que estén en su derecho de hacerlo (¿?), pero ya que pertenecen al grupo de creyentes, de los mal llamados “meapilas”, que piensan poseer “inmunidad eclesiástica”, donde llaman “carne vera sacra”, al “prepucio” recién amputado a un niño. También, a lo mejor, es que creen que su mal gusto en volver a publicar ese lamentable hecho, es creativo, cuando realmente es el dominio de la biología sobre la escasa inteligencia que pudieran poseer.
Y como bien saben que todo lo que se escribe sobre nuestra ciudad y su Historia, como de sus Héroes y Mártires, da esplendor patrio a los que cayeron en su honor; y aunque se peque de vanidad, también una mínima parte de ese lustre lo reciben quienes lo divulgan con honradez. Pero creo que cuando se escribe algún texto de esas características, no todos manifiestan elegantemente sus sentimientos en forma literaria.
Desde mi atalaya de lectura, y sin deseo de molestar a nadie, pienso que debieran estrujarse las meninges un poquito. Por eso no los felicito, sino que lo repruebo, censuro y condeno, y créanme que lo siento.
