El Ministerio Fiscal reclama una pena de un año de cárcel y una orden de alejamiento durante tres años por un delito de violencia de género al agredir a su exmujer. La víctima, contó en la vista oral que se estaban divorciando y quería que se fuera de casa propinándole dos puñetazos en la cara. El presunto autor de los hechos aseguró en el juicio que “jamás le he pegado ni le he levantado la mano” y cree que ella le ha denunciado por “los papeles, una casa y una paga de 400 euros”. El acusado, a preguntas de Fiscalía, señaló que la víctima todavía era su mujer el 2 de marzo de 2017 pero negó que le diera un puñetazo en la cara y dejó claro que “nunca discutimos”.
Además, quiso dejar constancia que le ha denunciado porque “tiene una prima que vive en Melilla que le ha dicho que así va a conseguir los papeles, una casa y 400 euros”.
El investigado declaró que ella vive en Farhana y él en Tenerife y ya se divorciaron hace un año.
A preguntas de la defensa, aseguró que “nunca hemos vivido en Melilla, vivíamos en Marruecos y yo iba a veces los fines de semana o me iba un viernes para volver un domingo”.
También, el letrado recordó que el acusado salió absuelto de otro procedimiento judicial por otra denuncia de su exmujer.
La víctima, contó que en marzo de 2017 estaban en trámites de separación y que vivían en Marruecos. Sobre la agresión, explicó que discutieron porque él quería echarla de casa.
“Me dijo que no quería verme en la casa y me pegó dos puñetazos en la cara y salió mucha sangre por mi boca”, dijo.
Por ello, indicó que reclamaba por los daños ocasionados.
A preguntas de la defensa, la víctima respondió que los hechos ocurrieron fuera de Melilla, concretamente en Farhana.
El Ministerio Fiscal solicitó para el acusado una condena condenatoria ya que cree que la declaración de la testigo fue “coherente”.
La defensa destacó que los hechos se produjeron en Farhana, por lo que, “hay una falta de jurisdicción y no se entiende que venga a denunciar a Melilla”.También, argumentó que no hay pruebas ni testigos que prueben los hechos.
El acusado, en su última palabra, sostuvo que estaba ingresado en el hospital y pidió el alta voluntaria para poder asistir. “Nunca he hecho nada malo y lo único que quiero es vivir tranquilo, me ha hecho mucho daño”, concluyó.
