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El negocio asegura que en 2018 han vendido 180.000 euros brutos menos notando una bajada de los clientes

El bingo Rusadir se queja de la competencia desleal de la “lotería familiar” en los centros de mayores y entidades

El bingo Rusadir en el Puerto Noray está abierto desde octubre del año 2013

El bingo Rusadir en el Puerto Noray, abierto desde octubre del año 2013, asegura que ha notado una bajada de los clientes en los últimos años condicionada a la competencia desleal de la “lotería familiar” en las asociaciones de vecinos y centros de mayores que está regulada con una serie de condiciones por la Ciudad Autónoma desde el 2015. Asimismo, exponen que han vendido 180.000 euros brutos menos planteándose mantener una reunión con la viceconsejera del Mayor, Carmina San Martín, para intentar que se le ponga una solución a este problema. El gerente del bingo Rusadir, Emilio Montoya, contactó con este Diario para quejarse de la competencia desleal que sufren desde hace años con la llamada “lotería familiar” que se juega tanto las asociaciones de vecinos como los centros de mayores.

Competencia desleal
En el año 2015, explicó, que la Ciudad realizó junto con el departamento de juegos un reglamento para poder jugar al bingo “incluso con dinero” teniendo que cumplir con unos requisitos que “no se cumplen” a día de hoy.

Ante esta situación, sostuvo que querían presentar una reclamación pero les dijeron que iba a estar legislado además de que se iba a sancionar porque los centros de la ciudad que quieran jugar debían presentar una solicitud y presentar un documento.

Por ello, el gerente pide que se controle a través de la Ciudad porque están “hartos de que esta “lotería familiar” sea un negocio, sin crear puestos de trabajo, sin pagar impuestos y sin hacer nada”.

Además, Montoya recordó que el juego tiene que estar legislado en las asociaciones o los centros de mayores.
“Pero no sabemos lo que juegan ellos si no tienen panel informativo, un registro de las partidas o el dinero que vale el cartón llegando a un límite en el que la subsistencia de la empresa está comprometida”, dijo.

El bingo de la ciudad, subraya que está “de acuerdo a la ley” ya que los cartones se venden a 2 euros porque no pueden cobrar menos al estar regulado por Hacienda y fabricarse en la misma Fabrica nacional de la Moneda y Timbre.
“Estamos controlados al céntimo, pago los cartones y los impuestos pero la cosa está en que últimamente baja cada vez más por la competencia desleal y la Ciudad no nos da subvenciones”, comentó.

En cuanto a la bajada de clientes, el gerente señaló que es “desde hace tiempo y en el 2018 he vendido 180.000 euros brutos menos”.

En este asunto, apuntó que se ha reunido con la directora de Juegos y que no le importaría reunirse con la Consejería del Mayor y hablar con la viceconsejera Carmina San Martín ya que “nos vemos perjudicados al ser una empresa con 12 trabajadores a media jornada porque no hay para más y la cosa está cada vez más floja”.

Bajada de clientes
“Cuando empezamos en este bingo apostaron por una jornada completa, el día de la apertura vino gente a las seis de la tarde pero en Melilla la gente no va ni por la mañana ni por la tarde”, expuso.

El jueves por la noche, Montoya aseveró que abrieron a las 21:30 horas pero que comenzaron a trabajar a la 00:40 horas y estuvieron esperando a que vinieran los melillenses pero cerraron a la 01:25 de la mañana.

El miércoles pasado, puntualizó que les pasó la misma situación y están perdiendo dinero. “Aprovechamos el viernes y un poco el sábado pero si tienen la asociación no van a venir a jugar al bingo”, concluyó.

Reglamento de la “lotería familiar”
La primera regla en las asociaciones o centros de mayores es que sólo podrán participar en la "lotería familiar" los socios del centro en cuestión; que el precio del cartón no supere los cinco céntimos, que el volumen total del premio o de la apuesta no supere los 15 euros, y que únicamente se desarrolle con fines de esparcimiento y convivencia, pero nunca con carácter lucrativo. Sólo podrá jugarse a la lotería los viernes, sábados y domingos en horario de cinco de la tarde a nueve de la noche.

En cambio, en el bingo de la ciudad se abre de miércoles a domingo a las 21:30 horas, los miércoles y jueves en invierno cierran a las tres y media de la mañana. Los viernes, sábados, domingos y vísperas de festivo pueden estar a las cinco de la mañana debido a su reglamento.

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Lorena Japon

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