Buscar
Cerrar este cuadro de búsqueda.
Logo de Melilla hoy

Bilal Burrahay Mohamed

La sociedad del s.XXI, una sociedad hipócrita, cínica, materialista y muy egoísta.

Comienzo este artículo con una afirmación un tanto chocante, ya que de manera generalizada se categoriza a toda una sociedad dentro de un estándar de comportamiento muy peculiar y que deja mucho que desear.

No soy quien para ir haciendo juicios de valor, pero soy persona y como tal, las injusticias calan en lo más profundo de mi corazón.

Quisiera comenzar condenando el trágico atentado terrorista perpetrado por un monstruo el pasado viernes 15 de marzo en 2 mezquitas de Nueva Zelanda. Asimismo, aprovecho para expresar mi repulsa a todo acto terrorista que atenta a la libertad y a la vida de todo ser humano. Es por ello, que ante tales situaciones, el ser humano debe de mantenerse unido y clamar al unísono su repulsa ante cualquier situación de terror y violencia que se dé en cualquier zona del planeta e independientemente de la raza, sexo o religión que profesan las víctimas. Y muchos se podrán preguntar que ¿a qué vienen estos comentarios cuando se tratan de unas afirmaciones que todo el mundo da por hecho?

Pues déjeme aclararle que por desgracia, esto no sucede así, por desgracia en nuestra sociedad hay diferencias en el trato de las personas y a lo sumo de sus víctimas, que se miden en función de su procedencia racial o religiosa, hay diferencias que se establecen en función del status de cada persona; y lo realmente trágico y vergonzoso de reconocer es que de manera egoísta y muy cínica, establecemos distintas varas de medir los actos terroristas que se producen por desgracia en nuestra sociedad. Y vuelvo a expresar mi repulsa nuevamente ante cualquier atentado contra las libertades y las vidas de las personas sean de la religión que sean.

Ejemplo de todo esto está en nuestra sociedad. Todos recordamos el trágico atentado del 11 de septiembre de 2001 en EEUU., la barbarie del atentado del 11 de marzo de 2004 en Madrid, el atentado de la noche del 13 de noviembre de 2015 en París o el atentado contra Charlie Hebdo.

Fueron actos deleznables y que debemos recordar en memoria de todas aquellas personas, libres, inocentes y pacíficas que estaban en sus quehaceres diarios y que un par de engendros (por calificarlos de algún modo), decidieron acabar con sus vidas y marcar de negro unas fechas en el calendario y en nuestros corazones que personalmente nunca olvidaremos. Por ello, hemos podido ver muchos actos y manifiestos de condena y repulsa por parte de máximos representantes del pueblo ante tales acontecimientos, actos que de manera lógica deben expresarse para así poder trasladar un mínimo de condolencias y pésame a aquellos familiares y amigos de las víctimas.

Asimismo, en nuestra ciudad hemos sido testigos de actos y minutos de silencio en recuerdo de víctimas de violencia de género y de masacres terroristas que vuelvo a repetir, es lo mínimo que podemos hacer para trasladar a esas familias nuestro apoyo y consuelo.

Pues he aquí la discordia y la discrepancia a la hora de mostrar nuestro pesar por las víctimas de cualquier acto terrorista.

Como mencioné al comienzo de estas líneas, el pasado viernes 15 de marzo en Nueva Zelanda, un engendro, criminal y asesino decidió asesinar a sangre fría y vilmente a personas que se encontraban pacíficamente rezando a Dios, personas desarmadas y libres que fueron masacrados a punta de metralla por el mero hecho de adorar a Dios, un Dios con el que este engendro no estaba de acuerdo y para disfrute y muestra de su maldad, decidió inmortalizarlo mediante una cámara y hacer público el asesinato de personas que son igualmente importantes y eran imprescindibles para sus familias al igual que otras víctimas de otros trágicos atentados.

Pues he de mostrar mi pesar y reconocer las diferencias que se dan entre las víctimas dependiendo de la religión o etnia de procedencia. Me duele reconocer que no he podido leer ningún manifiesto o haber asistido a algún acto por parte de las Autoridades Locales y partidos políticos de nuestra ciudad de condena o de recuerdo a las víctimas de tal atroz asesinato. Creo que sería un ejemplo de democracia el que asistieran todos los partidos políticos independientemente del color político y se unieran por una misma causa, la defensa de la libertad y el rechazo a todo tipo de opresión y asesinato. ¿Acaso no lo merecen?, ¿Hacia dónde estamos caminando? ¿Caminamos por el buen sendero de la igualdad, la multiculturalidad y el respeto?

Son cuestiones que quiero que se planteen cada uno personalmente y contesten en función de lo que podemos observar diariamente.

Desde mi humilde opinión, convivimos en un mundo en el que priman los intereses de cualquier tipo por encima de las personas y donde se te respeta y valora cuando de uno algo necesitan. Por ello, os propongo a cada persona hacer un juicio de valor de lo que sucede a nuestro alrededor y valorar lo que realmente vivimos diariamente.

Estamos a poco de poder cambiar las tornas y evitar que la sociedad desencadene en un abismo de intolerancia y discriminaciones con la proliferación de partidos políticos que luchan por la diferencia y la discriminación con el apoyo de otros ya existentes, a un paso de poder hablar mediante nuestro derecho al sufragio y decir lo que realmente opinamos por el bien de nuestros hijos. El día 28 de abril y el 26 de mayo tenemos dos citas sumamente importantes, será nuestra oportunidad de evitar que siga proliferando este sentimiento de diferencia, superioridad e injusticias que se palpan en nuestra sociedad por mucho que se intenten camuflar tras una sonrisa hipócrita, cínica, materialista y egoísta.

Loading

Más información

Scroll al inicio

¿Todavía no eres Premium?

Disfruta de todas
las ventajas de ser
Premium por 1€