El encuentro celebrado este sábado pasado, correspondiente a la 20ª jornada del Grupo 8 de la División de Honor juvenil de fútbol sala, finalizó envuelto en altercados y agresiones entre miembros de ambos conjuntos, debido a un ‘roce’ entre dos futbolistas en los instantes finales del choque. El club, establecido en la localidad granadina de Alhendín, publicó en el día de ayer un comunicado referente a los actos antideportivos vividos en el último tramo del compromiso liguero que se disputó el sábado pasado en el Pabellón Municipal Lázaro Fernández de Melilla.
Según la misiva, la plantilla y el cuerpo técnico visitantes fueron tratados de forma ‘desleal’ y antideportiva antes, durante y tras la finalización del partido, enumerando algunos incidentes, como por ejemplo la ausencia de agua corriente en los vestuarios para el aseo de los futbolistas o la imposibilidad del uso de los vestuarios debido a que el personal de mantenimiento había estado pintando y haciendo uso de disolventes previamente en su interior, haciendo la ‘atmósfera’ irrespirable.
Además, la entidad nazarí denunció “un arbitraje descaradamente casero”, asegurando en el escrito “tener material gráfico para su corroboración”, y la “pasividad” de los trencillas frente a la actitud hostil mostrada por el público situado a las espaldas del banquillo granadino, “recibiendo insultos, escupitajos e intentos de agresión” a algunos jugadores del equipo visitante.
El hecho más grave recogido en la nota fue la agresión, en los instantes finales del encuentro y tras el pitido final, a un jugador (menor de edad) integrante del combinado juvenil del Futsal Alhendín que, “en un lance del partido, recibió dos puñetazos por parte de un jugador de la Peña Barcelonista”, intentando apartarse el futbolista granadino de la agresión y siendo ambos expulsados inmediatamente por el árbitro que, acto seguido, pitó el final del partido y requirió a los equipos que se retirasen de la pista de juego.
El comunicado amplió que, ya terminado el encuentro y estando aun sobre el parqué, el equipo “se vio en la necesidad de ser escoltados por personal de las instalaciones y miembros del cuerpo técnico del otro club de la Ciudad Autónoma de Melilla participante en la misma categoría”, ya que “estaban siendo acosados por ‘exaltados’ del público, cuyo objetivo era agredir al jugador visitante implicado en el incidente”. La carta continuó relatando que “su miembro de la plantilla recibió un golpe por la espalda y una patada por parte de unos aficionados, que requirió atención médica”, y ya en el interior de los vestuarios, “un puñetazo en la cara por parte del jugador local expulsado, que le produjo la rotura del labio y el posterior traslado a un centro médico para su evaluación y parte médico acompañado de la denuncia”, ya que hubieron de personarse miembros de la policía local para salvaguardar la integridad física de la expedición granadina.
Finalmente, el club andaluz reclamó “imparcialidad de los árbitros en los desplazamientos a Melilla, protección a los equipos y tolerancia cero con los comportamientos antideportivos que desprestigian el fútbol sala”. También agradeció en el texto “el apoyo y ayuda recibidos de Juanjo Garcés, Miguel Ángel ‘Pipi’ y Guillermo Pozo, miembros del cuerpo técnico de la Peña Real Madrid, por ayudarnos a conseguir instalaciones donde ducharnos, así como asistencia y protección durante nuestra estancia en la ciudad”.
