14.10.1911. El General de División, Salvador Díaz Ordóñez y Escandón, estaba en Ishafen, desde donde dirigía, a sus 66 años y en 1ª línea a pesar de su graduación, el ataque al aduar disponiéndose a salir para Imarufen con objeto de enterarse de lo ocurrido. Habiendo pedido que le prepararan el caballo, al momento de montar recibió dos balazos, y exhalando un suspiro caía desvanecido en brazos de su ayudante el Capitán Ávila. Los “pacos”, que menudeaban sus disparos, dos de éstos fueron los que hirieron mortalmente al general, inventor del sistema de cañones que lleva su nombre. Los tiros le habían producido dos heridas en el pecho, y auxiliado por su ayudante y otros oficiales, lo trasladaron a una tienda de campaña, donde fue reconocido por el médico. Y ante la gravedad de su estado, se organizó un convoy para trasladarlo a Ras Medua. A media noche, antes de llegar a esa posición el general exhaló el último suspiro. A la siguiente mañana el convoy siguió hasta la posición de “El Avanzamiento”, donde se reorganizó, dirigiéndose a Segangan; desde allí en tren minero su cadáver sería conducido a Melilla. El ataque, a pesar de las bajas: General Díaz Ordóñez, 1 Capitán de Artillería, 1 Teniente y 13 soldados, el enemigo fue rechazado y castigado duramente, dándose a la fuga, hasta el punto de dejar muchos cadáveres en el campo de batalla.
El tren se detuvo en el hospital, donde las damas de la Cruz Roja vistieron con uniforme de gala el cadáver del General, y conducido a la Capitanía General, donde se instaló la capilla ardiente. Por la tarde se efectuó el entierro, y numeroso público desfiló durante toda la tarde, ante su cadáver. En la cámara mortuoria se veían coronas enviadas por los Generales Luque, y Coca, Ministro de Guerra y García Aldave, Gobernador de Melilla, los Cuerpos de Artillería e Ingenieros, y muchas más.
A las 17,00 se efectuó el entierro, que fue una imponente manifestación de duelo, presidiéndolo los Generales Luque, Aldave y Santaló, y un sobrino del fallecido general, que había llegado esa mañana. Llevaron las cintas los Coroneles presentes en la Plaza, y el féretro fue depositado sobre un armón de artillería. Le tributaron honores un Batallón y un Escuadrón. La comitiva recorrió las calles Marina, Granada, Chacel y la carretera del Cementerio. Una compañía hizo tres descargas en el momento del sepelio. La muerte del General Ordóñez fue muy sentida en Madrid, donde contaba con muchas simpatías. Procedía del Cuerpo de Artillería, que le organizo unas solemnes honras fúnebres por su alma, celebrado en la Iglesia de San Jerónimo el Real. Como decíamos, fue inventor del cañón que lleva su nombre, adoptado también por algunos ejércitos extranjeros, escritor prolijo mientras pudo, dedicando toda su obra a su profesión, la de militar artillero, poseedor de varias condecoraciones, entre ellas la Gran Cruz de San Hermenegildo y la del Mérito Militar. Era además Caballero de la Orden de Santiago. En 1913 le concedieron el grado de Teniente General, a título póstumo, y tiene dedicada una calle en el barrio del Tesorillo de Melilla.
No se trataba de una operación definitiva, sino transitoria. La nueva ocupación de Talusit tenía por objeto, únicamente proteger los trabajos para la construcción de un reducto, refugio o fortificación para la defensa que han de ocupar las fuerzas que quedarían en aquellas alturas. Terminados los trabajos de fortificación, se retirarían.
15.10.1911.- La Pilarica en Ishafen. Jota Aragonesa.
10.11.1911. En el vapor “Antonio Lázaro”, zarpa desde Málaga a Melilla, el 1º Bon. del Rgto. de Borbón, al mando del Tte. Coronel. Juan Arjona y el Comandante Andrade Chinchilla. Se alojaron en el Cuartel de la Trinidad. (Efemérides de Málaga, 1916. Díaz de Escobar)
17.11.1911. Por la mañana, 2 columnas a las órdenes del Gral. Juan Pereira y Morante y del Coronel Romero, salieron de Ishafen e Imarufen, respectivamente hasta Talusit. A las 8,30 eran ocupadas las tres alturas sin disparar un tiro, poco después sonaron en la orilla izquierda del río algunos disparos, y pronto se coronaron las crestas de Bu-Hermana con grupitos de harqueños los cuales, a la carrera, descendieron por las faldas meridionales, alejándose la mayor parte hacia Tikermín.
La vanguardia del Coronel Romero, mandada por el Comandante López Ochoa y Portuondo, bajó al barranco contiguo a la aguada, en Imarufen para subir y sin novedad ocupar Talusit-Sur, mientras el resto de la columna lo hacía por el collado hacia Talusit-Norte, llegando a su destino sin novedad. El General, Francisco Aguilera Egea con 3 escuadrones de Alcántara, estableció contacto entre ambas columnas. Ocupados los montes de Talusit, las columnas acamparon en Talusit, Norte y Sur, tomando el mando el General Pereira, determinando los emplazamientos de los campamentos.
El General Aguilera Egea regresó a la caída de la tarde a Ishafen. En Talusit-Sur quedó un Bon. de San Fernando, con el Tte. Coronel Hoyo; otro Bon. del mismo Rgto. a las órdenes del Comandante López Ochoa acampa en sitios en que se levantan antiguos almiares; otro Bon. del Rgto. Mallorca 13, con el Tte. Coronel, Julio Echagüe Ayane en Talusit-Norte, y la batería Cortaza, con el Cte. Pardiñas y las ametralladoras, en Espardagas. Acto seguido, se comenzó a fortificar con la Cía. de ingenieros al mando del Capitán José Rivadulla, dedicándose a la construcción del reducto; y la sección de Administración Militar de Ishafen organizó un convoy de leña, agua, raciones de etapa y material de campamento, que llevó a Talusit. A las dos de la tarde cesó el tiroteo, dejando dos heridos del Rgto. Mallorca, y uno del Rgto. Guadalajara 20, mientras se retiran los harqueños. El total de los moros que tomaron parte en la operación ascendía, aproximadamente, a 600.
