El pasado miércoles día 3 de abril falleció en Melilla la Cabo del Grupo de “Regulares de Melilla” nº 52 (GREG 52), Uafa Buzzian Mohamed, a la temprana edad de 38 años, en la flor de su vida y tras una lucha ejemplar contra la enfermedad durante años, lo que no le ha impedido estar “al pie del cañón” en su puesto de trabajo y dedicarle muchas mañanas, tardes y noches a lo que más le llenaba, además de su familia, ser militar. Ayer, jueves 4, la acompañamos en su sepelio, junto a familiares y amigos…o entre ellos, pues esta “religión de hombres honrados” no es más que una verdadera familia que llora y se alegra con las desdichas y alegrías de cada uno de los suyos.
Nacida en Melilla un 5 de julio de 1980, Uafa ingresa en el Ejército allá por octubre de 2004, habiendo estado destinada, salvo un período de formación básica, durante toda su vida militar en el GREG 52, aunque desempeña sus funciones durante gran parte de ese tiempo en el Batallón de Cuartel general (BCG) de la COMGEMEL. En ambas unidades ha dejado un recuerdo indeleble e imperecedero que no hace sino servir de luminaria a todos los que han tenido el privilegio de Servir a su lado en ese duro pero reconfortante camino que es el servicio en filas a España.
La Cabo Buzzian era una profesional sin tacha, seria en su trabajo y en su carácter, pero que no podía esconder la bondad de su persona y el constante celo por mejorar y hacer mejorar a sus subordinados. Ha sido un fiel reflejo del cumplimiento de los lemas de ambas unidades donde ha trabajado, el BCG de la COMGEMEL y el GREG 52, pues “ha servido a España hasta morir” y “se ha atrevido con todo”, especialmente con su enfermedad, de la que jamás ofrecía queja alguna ni mostraba fisuras en su trabajo diario por ello. Todo un ejemplo para un militar que se precie.
Acreedora en su carrera militar de diferentes condecoraciones nacionales y extranjeras, así como felicitaciones personales y menciones honoríficas, se supo ganar un merecido prestigio y admiración entre todos sus compañeros.
Ha partido pronto, demasiado pronto, dejando aquí a su marido Germán y su hija África, además de otros familiares cercanos que, a buen seguro no encuentran el sentido de tan cruel desenlace, pero que, sin duda, encontrarán con la perspectiva que da el tiempo, un motivo de enorme orgullo como el que ya sentimos quienes desde nuestro puesto la velamos en silencio, el agradecimiento de esas dos unidades y de todo un Ejército y una Nación a su entrega.
La Comandancia General de Melilla y especialmente, El Grupo de “Regulares de Melilla” nº 52 y el Batallón de Cuartel General de la COMGEMEL, guardarán en su memoria el generoso esfuerzo con el que siempre se prodigó.
Siempre estará con nosotros en las vivencias y en el recuerdo.
Descanse en paz.
