La angustia por perderte intenta dejarnos sin fuerzas. Quiere obligarnos a desfallecer y a no desahogarnos. Se afana en robarnos todas las palabras y sentimientos que te mereces. Pero tú recuerdo, tu valor y constancia, tu carácter y personalidad, tu tenacidad y esa forma con la que te implicabas y esforzabas en todo lo que hacías, se lo impiden. Nos contagias todas esas bondades aun cuando no estas entre nosotros.
Por ello, seguirás siendo un ejemplo de superación para siempre. Ese legado es infinito. Algo que tu familia nunca renunciará en honor a lo que lo has significado, significas y significarás. Sólo pedimos a Alá que nos dé lo suficiente para ser digno de ello.
Ese amor desinteresado e incondicional, aquel que tú mostrabas en los buenos y no tan buenos momentos, paralizaba cualquier síntoma de orgullo hacia los tuyos. Mostrando así, esa simpleza, pero la vez grandeza de tu ser como persona.
Una grandeza que nacía de esa alegría innata cada vez que compartías con tu familia. Una alegría de la que tu sonrisa hacia justicia. Una sonrisa que tu hija África ha heredado. Una herencia que nos seguirá permitiendo disfrutar todo lo bella que eras. Una belleza que protegeremos.
Recordando el siguiente suceso, todos entenderán y podrán medir el sentido de tu compromiso y responsabilidad. Fue un 5 de Julio de 2006, el día que Papá falleció, hiciste una pausa de tu misión en Bosnia por tu condición de militar. Llegaste para estar con nosotros y despedirte de Papá (DEP). Pasado unos días, te reincorporaste a tu puesto de trabajo en la misión. Si a ello unimos que a pesar de los contratiempos que la vida te deparaba, te enfrentabas a ellos con esa sonrisa característica y determinación que tú muy bien solías aunar en una sola condición, todos entenderán que eras diferente. Esa diferencia era la que animaba a tus padres, hija, marido, herman@s, familiares y amigos. Todos ellos pudieron ver como hace apenas unos días atrás, en el bautizo de tu sobrino Nizar Zeruali, seguías regalando esos momentos inolvidables que perdurarán en nuestros corazones.
Por ello, el comunicado que ayer remitió la Comandancia General de Melilla, define y resume perfectamente tu implicación. A pesar de las adversidades, te superabas y seguías ahí, mostrando tu valentía y predisposición. El sentir y las palabras de cariño y apoyo de tus compañeros, las cuales suscribimos íntegramente, vienen a calibrar la magnitud de tu tesón.
Por ello queremos mostrar nuestro más sincero agradecimiento a la COMGEMEL por dicho reconocimiento.
Si, te vas muy joven, un 3 de abril de 2019, con apenas 37 años, aún con un sinfín de inquietudes y proyectos por empezar y/o culminar, pero con la serenidad y la conciencia tranquila de hacer todo por y para todos. Sin reservas, sin condiciones.
Si, te vas antes, con muchas cosas por hacer, pero esa creencia y fe que profesabas por el legado que recibiste de Papá, te hará llegar a un lugar mejor.
Si, nos dejas, pero con la certeza y la demostración de haber sido una gran persona, una buena compañera, una trabajadora incansable, una hermana que todos quisieran tener y una madre que toda hija desearía.
Ahora tú, Papá y el otro ángel, Ahmina de apenas de 6 años, nos seguiréis protegiendo.
Volveremos a unirnos.
( In Sha Alah )
Uafa. Una bella mujer.
Gracias por todo. Tú familia, te quiere.
Tus herman@s; Mohamed, Samía, Laila, Yusra, Farid, Yamila, Mina y Rachid.
Tú madre; Aicha; tu hija África, tu marido Germán, tus sobrin@s, tu familia, no te olvidarán.
