María Esther Irigoyen, odontopediatra e investigadora de la Universidad Autónoma Metropolitana de México, decide rechazar la propuesta de Facultad de Indiana (Estados Unidos) y pasar un año sabático en Sevilla por su implicación en el proyecto de la Fundación Odontología Social. En su visita al CETI de Melilla, expresa que le impactó la optimización de los recursos humanos y la solidaridad de los profesionales de la ciudad. La doctora, que posiblemente vuelva en junio seguirá formándose en la clínica solidaria para utilizar este modelo como un referente en América Latina. La odontopediatra e investigadora de la Universidad Autónoma Metropolitana, María Esther Irigoyen, conoce el proyecto de la Fundación Odontología Social en un Congreso Internacional de México a través de su presidente, el doctor Antonio Castaño Séiquer, que es profesor de Odontología Preventiva y Comunitaria en la Universidad de Sevilla.
“Decidí rechazar la propuesta de la Universidad de Indiana porque me enamoré del proyecto tanto en Europa como en África”, expuso.
Clínica solidaria del CETI
Sobre su experiencia en la clínica solidaria del CETI, expresó que fue “muy importante” después de tantos años como odontopediatra porque “la situación de los niños que vi es distinta” ya que “al tratarse de refugiados es un grupo vulnerable” pero aseguró que “son iguales a los otros niños porque juegan, te regalan una sonrisa y se nota que las madres están muy preocupadas por la salud oral de sus hijos”.
Respecto a la clínica solidaria, la odontopediatra señaló que le llamó la atención la optimización de los recursos humanos de una Fundación española y los profesionales de Melilla que son “muy solidarios y el gran porcentaje de los cooperantes son mujeres”.
En cuanto las instalaciones, la doctora respondió que “son buenas” contando con dos sillones dentales y dos gabinetes, aunque destacó no solo el esfuerzo de la Fundación de Odontología Social cuando vienen los cooperantes sino también de las dos dentistas, Marta Hernández y la teniente coronel odontóloga Sonia Rubiano.
Modelo referente
En la Universidad de México, sostuvo que hay un presupuesto anual dirigido a proyectos interesantes para los alumnos y vieron las listas de España encontrando así una Fundación en Sevilla que ofrecía “más ventajas porque mejoraba el aspecto de docencia de los alumnos y porque satisfacía necesidades”.
Irigoyen dejó claro que le gustaría iniciar el modelo de Sevilla y Melilla a otros países de América Latina con “algunas modificaciones” pero con mucho de lo que le ha aportado el doctor Castaño.
Respecto a la utilización de higienistas dentales, destacó que “me ha impactado porque el odontólogo necesita apoyo y tiene que ser un equipo de salud, donde la higienista tenga un papel preponderante porque es realmente bueno para el paciente y para todos”.
Asimismo, subrayó que no solo la Universidad Autónoma Metropolitana, sino que la Nacional Autónoma de México, Anáhuac Mayab, Autónoma de Campeche, Cuauhtémoc, están estudiando el modelo para llevarlo y mandar cooperantes a través de la Fundación para tener una asistencia plena todo el año en Melilla.
En su tiempo libre, la doctora contó que visitó la ciudad. “Me enamoré del mar de Melilla, de su gente amable y de su aire de libertad, me gustaría ser una gaviota para girar alrededor de la ciudad”, manifestó.
María Esther Irigoyen tiene previsto volver a la ciudad, posiblemente en el mes de junio, para seguir formándose y poder hacer unos “pequeños cambios” en el trabajo para tratar de ser más eficientes con la ayuda del doctor Antonio Castaño Séiquer y de todo su equipo.
