Adolfo Suárez Illana, hijo del primer presidente de la Democracia, Adolfo Suárez González, y número dos del presidente del Partido Popular, Pablo Casado, que se presenta en las elecciones para el Congreso, ha realizado una nueva visita a Melilla. Suárez Illana se muestra “muy emocionado” cada vez que viene a la ciudad, lugar donde recuerda que su padre estuvo destinado como militar, él juró bandera, así como uno de sus hijos y el deseo de que también haga lo propio un segundo hijo. El político agradece el gesto que ha tenido el Gobierno melillense con el homenaje que se le ha hecho a su padre, poniéndole su nombre a una plaza, junto con un busto. A lo largo de la entrevista, Suárez opina sobre la situación de España de cara a las próximas elecciones y de temas tan diversos como el aborto, la tauromaquia y la eutanasia.
- Después de una primera experiencia como candidato a la presidencia de Castilla y La Mancha, vuelve a la política por la puerta grande, como número 2 de Pablo Casado ¿Qué le ha empujado volver al ruedo político?
- Yo soy un empresario, lo he sido toda mi vida, con ADN político, con vocación de servicio y llevo muchos años buscando que los empresarios nos involucremos en la construcción de nuestra sociedad y poner nuestro dinero al servicio de nuestros valores, y no de nuestros intereses. Que la sociedad debe participar en la construcción de la realidad a la que pertenece y por lo visto el presidente Casado tomó buena nota de algunas de estas ocasiones y me pasó a elecciones. Me dijo “me gustaría que dieras este paso y que asumieras este compromiso”. Por lo que para mí es un honor, es una responsabilidad y espero estar a la altura de todos los que han decidido apostar por mí para el Congreso de los Diputados y ante el servicio de los españoles de uno u otro signo.
- En el hipotético gobierno de Pablo Casado ¿En qué Ministerio le gustaría estar?
- En la Fundación ‘Concordia y Libertad’, allí es donde estoy, allí es donde sirvo, ese es mi objetivo. El siguiente es conseguir el Gobierno de la Nación para Pablo Casado y no como un fin, sino como un instrumento para llevar a cabo el programa que presentamos a la sociedad.
- Las encuestas dan como ganador al PSOE, pero también empiezan a reflejar una remontada del PP en estos últimos sondeos ¿Qué valor le da a estas estadísticas?
- Yo lo que le doy valor es a la capacidad que tiene el PP para vencer unas encuestas desde hace cuarenta años. Y ese es nuestro objetivo, nosotros no damos el partido por perdido nunca, nosotros peleamos hasta el final, generamos ilusión imaginando un futuro mejor por el que merece la pena luchar, y lo hacemos a través de nuestro programa. Normalmente, acabamos perdiendo esas ilusiones los españoles.
- En la última visita de Pablo Casado, él habló de UCD como si fuese el origen del PP ¿Usted considera al PP como UCD en sus inicios?
- Lo importante no es lo que diga el señor Casado o el señor Suárez Illana. El único legitimado para decir eso es el señor Suárez González, y eso es exactamente lo que (mi padre) dijo por escrito. Ha quedado por escrito la cita textual de que “hoy, el PP, es de forma mayoritaria el sucesor de lo que representó la UCD”, y eso lo dijo Adolfo Suárez González, así que el señor Casado no ha dicho nada que no haya dicho el primer presidente del Gobierno.
- Estas elecciones se presentan como las más inciertas de los últimos tiempos, parece que el voto de los españoles va a estar más fragmentado que nunca ¿Este hecho puede perjudicar al PP? ¿El voto útil es más necesario que nunca?
- Nosotros solemos vencer a las encuestas y cambiarlas. Entonces, yo todavía no doy por hecho esa fragmentación del voto y espero poder hacer un pacto con los españoles. Un pacto con 12 millones de españoles que nos permita el Gobierno. Si eso es distinto después de las elecciones, veremos a ver lo que ocurre. El PP ha demostrado que es capaz de hablar con los partidos que están a su izquierda, como el PSOE, como Ciudadanos, que es también de izquierda con todos mis respetos, y con los que están también a la derecha. Eso es lo fundamental, que nosotros somos capaces de hablar con unos y con otros. Ese es nuestro trabajo.
- Usted es un firme defensor de las tradiciones españolas, como es la tauromaquia. Pero Vox quiere dar la sensación de que es el único, de que es el que defiende estas tradiciones ¿Se está remediando esta situación desde el PP?
- Una cosa es lo que quieran representar unos y otra es lo que hemos hecho otros durante toda nuestra vida. Entonces, por ejemplo, los que hemos defendido la tauromaquia con una muleta y una espada, en un ruedo ante un toro, pues que no digan que no defendemos los toros. Yo vengo defendiendo los toros desde el respeto, que es lo fundamental, y lo llevo haciendo toda mi vida. Bienvenidos sean otros ahora que se unen a defender esas tradiciones que merecen la pena ser conservadas, como es la tauromaquia, como es la caza y la defensa del mundo rural. Bienvenidos sean.
- En Melilla se presenta como candidato al Congreso el general Gutiérrez Díaz de Otazu ¿Ha influido usted en algo en esa elección? ¿Qué le parece este nombramiento?
- A mí me parece que la elección de Fernando Gutiérrez Díaz de Otazu ha sido un acierto pleno. Es un hombre extraordinario, desde el punto de vista personal y de valores, es un personaje extraordinario porque su hoja de servicios lo refleja y debe ser un orgullo para todo español, independientemente de su ideología, que un hombre de esa rectitud, de esa experiencia, de esas capacidades, decida dar un paso adelante y seguir sirviendo España, ahora desde la política y, por supuesto desde el PP. Es un orgullo tener alguien bueno e importante en el Congreso. Debe ser algo que nos alegre a todos, con independencia de su signo político. A mí me ha parecido extraordinaria esa elección.
- Con respecto también a ciertas polémicas, usted en una entrevista confesó que “las escuelas catalanas eran fábricas de odio” ¿Qué es lo que piensa usted para alegar dicha afirmación?
- No dije eso, dije que en las escuelas catalanas se enseña el odio. Y es verdad. El odio, además decía, que es el único enemigo que tenemos en política. El único. Entonces cuando en una escuela catalana, a un hijo de un Guardia Civil se le persigue, eso es enseñar el odio. Y en la escuela lo que precisamente se debe enseñar es a convivir, a respetar al discrepante. Eso es lo que significó la Transición. Se puso fin a una persecución del discrepante que comenzó con Fernando VII y que acabó con la Constitución de la Concordia en 1978. Eso es exactamente lo que dije, y me siento tremendamente orgulloso de decirlo, me siento orgullosamente comprometido con evitar que el odio se enseñe. Y eso no es ir contra nadie, es ir a favor de la concordia, constatar un hecho y ponerle solución a un problema.
- Estas elecciones también se presentan claves para el futuro territorial de España. Otros cuatro años de Sánchez en la Moncloa ¿Cómo cree usted que pueden afectar a temas como el de Cataluña?
- Ahí no nos hace falta el creer o el imaginar, sino simplemente el ver. Constatar lo que ha hecho a lo largo de estos meses que ha estado al frente en el Gobierno. Este tiempo como presidente ha sido pacto con etarras, pacto con separatistas, ha representado cesión permanente y no ha cedido más porque no puede. Ni la Ley, ni los españoles, vamos a permitir cesiones que no se pueden dar. Y si él gana las elecciones, solo hace falta ver lo que ha hecho para saber qué va a hacer. Si alguien no quiere que Sánchez siga en el Gobierno haciendo lo que ya ha hecho, porque no va a hacer otra cosa distinta, tiene que votar al PP.
- Otras de las cuestione más polémicas de este Gobierno son los llamados viernes sociales y algunas de sus medidas como el subsidio para mayores de 52 años, o la ampliación del permiso de paternidad ¿No cree que esto es una forma de comprar votos?
- Con independencia de las medidas concretas que se aprueben en un momento determinado, lo que no se puede hacer, y esa es la regla general, es utilizar las instituciones de modo partidista, y eso es lo que ha hecho el PP a lo largo de estos ocho meses. No solo a lo largo de estos últimos viernes, que también, y de manera más acuciante. Al final es la trayectoria de cada una, y la trayectoria de Pedro Sánchez en estos últimos ocho meses es permanente, es utilizar los medios del Estado con fines particulares. A eso es a lo que hay que poner fin.
- En estos días, en especial hoy (por ayer) el tema de la eutanasia está en todos los medios ¿Qué opina usted acerca de esto?
- Estoy acostumbrado a vivir de cerca la vida y la muerte. No me parece bien el que se trate de forma electoralista un caso concreto, que además se refiere a un asunto general que requiere una profundidad muy, muy importante. No me parece bien. Punto número uno, el caso concreto, no puedo juzgarlo, no puedo. Punto número dos, estoy muy acostumbrado a tratar con la enfermedad y con la muerte. Ni la enfermedad, ni la muerte tienen nada que ver con la dignidad de una persona. La dignidad es inherente a la persona. A mi juicio lo que debemos de hacer es estar siempre cerca del que está sufriendo, del más débil, del moribundo, acompañarle. Por supuesto, prestar atención a su voluntad. Hoy en día tenemos los medios técnicos y médicos para poder asistir a esta cuestión. Eso no tiene nada que ver con alargar artificialmente la vida, nada que ver. Fin del debate. Y, por último, que vuelvo al principio, no se debe tratar algo tan importante y tan sensible y utilizarlo de modo partidista en un periodo electoral, es lo mismo que se hace en otros puntos con la utilización del Estado. No se puede, de verdad, y menos un caso
