Lástima de la coincidencia del 8 de abril con la antesala electoral, porque la conmemoración del Día Internacional del Pueblo Gitano, una fecha en la que este colectivo reivindica y muestra su orgullo para combatir los estereotipos que lo han marcado durante décadas, se vio ciertamente politizada aquí y en otros lugares del país Melilla se sumó ayer a la conmemoración del Día Internacional del Pueblo Gitano, que llega cada 8 de abril. Esta fecha recuerda el Primer Congreso Mundial romaní/gitano celebrado en Londres el 8 de abril de 1971, en el que se instituyó la bandera y el himno gitano.
La bandera es verde y azul, simbolizando el cielo y el campo, con una rueda de carro roja en el centro, que representa el camino desde la India y la libertad. El himno gitano, Gelem, gelem (Anduve, anduve), fue compuesto por Jarko Jovanovic y recuerda a los gitanos y gitanas víctimas del nazismo.
Desde hace unos años, la fecha del 8 de abril está adquiriendo gran notoriedad, sirviendo de ocasión para distintas celebraciones y comunicaciones por parte de múltiples instituciones nacionales e internacionales. Nuestra ciudad no fue una excepción y también conmemoró el Día Internacional del Pueblo Gitano con un hermoso acto lleno de simbología, en el que no faltó la Ceremonia del Río, en la que las mujeres arrojan pétalos de flores en los ríos y los hombres encienden velas en recuerdo de los antepasados.
Un buen número de gitanos melillenses se congregó en la puerta del Palacio de la Asamblea para celebrar el 8 de abril. Y no estuvieron solos, ya que también acudieron miembros de otras comunidades de la ciudad y autoridades civiles y militares de Melilla. Lástima de la coincidencia del 8 de abril con la antesala electoral, porque la conmemoración del Día Internacional del Pueblo Gitano, una fecha en la que este colectivo reivindica y muestra su orgullo para combatir los estereotipos que lo han marcado durante décadas, se vio ciertamente politizada aquí y en otros lugares del país.
Apenas había terminado el acto celebrado en la puerta del Palacio de la Asamblea, cuando el PSOE denunció mediante una nota de prensa que el Gobierno de Melilla había hecho un “uso electoralista y partidista” del acto institucional con motivo del Día Internacional del Pueblo Gitano. Se quejaba el PSOE, sobre todo, de la presencia en el acto del candidato del PP al Congreso, Fernando Gutiérrez Díaz de Otazu, junto a los miembros del Ejecutivo del Partido Popular y demás autoridades, lo que para los socialistas “demuestra la intención del PP de sacar rédito político de un día tan importante y señalado para la comunidad gitana melillense”.
Ciertamente, Gutiérrez Díaz de Otazu estaba en la puerta del Palacio de la Asamblea. Y también Sofía Acedo, que esta legislatura ha sido senadora por Melilla, cargo que ya no ostenta desde la disolución de las Cortes Generales. También llamaba la atención la presencia de la delegada del Gobierno, Sabrina Moh, entre el público y no con el resto de autoridades. Según el PSOE, porque “ni los diputados de la oposición ni nadie de la Administración General del Estado han sido invitados a este acto y se han tenido que enterar de su celebración a través de los medios de comunicación”.
Sin embargo, el PSOE no dice nada del mitin de la vicepresidenta del Gobierno, la socialista Carmen Calvo, en la conmemoración del Día Internacional del Pueblo Gitano en Madrid: “Sabéis que sois mis primas, lo habéis sido siempre y lo vais a seguir siendo siempre”. “Formo parte de vosotros. Vuestro ‘gelem gelem’ es mi himno, lo siento con el mismo respeto que cuando suena el himno nacional. Vuestra bandera es la mía, porque sois compatriotas y habéis construido también esta España”. Son solo dos ejemplos de lo que dijo ayer Calvo. Para el PSOE esto no es uso electoralista del Día Internacional del Pueblo Gitano, pero sí que acudiera Gutiérrez Díaz de Otazu, como otros ciudadanos que allí estaban, porque no era un acto secreto, sino público y anunciado. Ese modo de ver la paja en el ojo ajeno y no la viga en el propio es lo que resta peso y credibilidad a las críticas del PSOE. Una vez más.
