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La inmigración sobre el tapete

Pedro Sánchez mintió cuando dijo que su Gobierno ha empezado a retirar las concertinas, porque cualquiera que recorra la valla podrá verlas, muy presentes, en tramos como el inicio del Dique Sur o la zona que hay entre el paso fronterizo de Barrio Chino y el aeropuerto La inmigración irregular, que ha estado muy presente en los últimos años en el debate político, fue una de las grandes ausentes en el primer debate electoral que retransmitió RTVE. No fue así en el segundo, el del martes en Atresmedia, donde los ciudadanos, al fin, pudimos conocer los planes de los candidatos a la Presidencia del Gobierno respecto a la inmigración y a las fronteras de Ceuta y Melilla. La ocasión llegaba de la mano de los moderadores del debate que interpelaron, directamente, al candidato del PSOE sobre las devoluciones en caliente y las concertinas de Ceuta y Melilla.
Los candidatos a la Presidencia del Gobierno no descartaron la posibilidad de llegar a algún tipo de acuerdo sobre la política migratoria, aunque dejaron patentes algunas diferencias al respecto.
Fue el líder de Ciudadanos, Albert Rivera, quien llamó a suscribir un “pacto de Estado”, aunque advirtió de que “el mayor aliado de la xenofobia es el buenismo”, en referencia a la política migratoria inicial de Pedro Sánchez al llegar a La Moncloa. Rivera abogó por potenciar la inmigración legal desde los países sudamericanos y que se combata a las “mafias” que trafican con seres humanos.
Por su parte, Sánchez defendió que hay que “reforzar el control de las fronteras”, pero que no se puede dejar “al pairo” a los inmigrantes que intentan llegar por mar a España y pueden perder la vida en ello. El secretario general del PSOE dijo que el actual Gobierno ha empezado a retirar las concertinas de Ceuta y Melilla, al tiempo que ha aumentado los medios de las Fuerzas de Seguridad para defender las fronteras. “Hemos aumentado los presupuestos en las vallas de Ceuta y Melilla y queremos aumentar la oferta en la plantilla en la oficina de asilo”, dijo.
Casado presumió de que ha visitado Ceuta y Melilla “cinco veces en medio año” y acusó a Sánchez de haber provocado un “efecto llamada” a la inmigración ilegal, cuando lo que hay que hacer es “reforzar las fronteras y al mismo tiempo ser solidarios”. Además, el responsable del PP defendió un plan de inversión en África para evitar que quienes viven en este continente tengan que emigrar a Europa para tener una mejor vida.
“La Guardia Civil era atacada con cal viva y lanzas, pero después el Gobierno al grito de ‘que no quede ni uno’, hacía devoluciones no en caliente, sino en frío contra todo lo que había dicho”, censuró la actitud de Grande-Marlaska, porque “lo que no puede ser es decir que el Estado del Bienestar es infinito y luego expulsarles”.
Sánchez respondió que con el PP “la Policía Nacional y la Guardia Civil perdieron más de 12.000 efectivos” y que el PSOE ha intentado torcer esa tendencia con una oferta de más de 5.000 plazas.
Asimismo, el candidato de Podemos a la Presidencia, Pablo Iglesias, se refirió a que para suscribir un ‘pacto de Estado’ sobre inmigración hay que tener en cuenta que cualquier acuerdo pasa por cumplir de “manera taxativa” los derechos humanos. Al mismo tiempo, el líder de la formación morada criticó los Centros de Internamiento de Extranjeros (CIE) y que el Gobierno socialista impidieran al barco ‘Open Arms’ salir al Mediterráneo para socorrer a inmigrantes.
El debate, por lo tanto, no saca de dudas a los indecisos que no saben a quién votar y pueden sentir una mayor preocupación sobre este importante asunto que nos afecta tanto a la frontera sur de Europa. Las posturas de los cuatro candidatos son las conocidas por todos, pero con la gran diferencia de que no todos dijeron la verdad. Pedro Sánchez mintió cuando dijo que su Gobierno ha empezado a retirar las concertinas, porque cualquiera que recorra la valla podrá verlas, muy presentes, en tramos como el inicio del Dique Sur o la zona que hay entre el paso fronterizo de Barrio Chino y el aeropuerto. Podría haberlas quitado en los 10 meses que han transcurrido desde que llegó al Gobierno, máxime cuando fue una de las primeras medidas que anunció que iba a llevar a cabo. Tampoco se han aumentado los presupuestos en las vallas de Ceuta y Melilla, ni se han incrementado los efectivos de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado, como vienen denunciando los sindicatos de Policía y asociaciones de la Guardia Civil. Estas faltas a la verdad deberían ser tenidas en cuenta por los votantes, porque si los intereses generales de los españoles dependen de alguien que miente de esa manera, ¿qué nos espera?

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